QUO VADIS/ A DÓNDE VAMOS !!

Iniciando este año, y dentro de las perspectivas y deseos que elevamos al cosmos como augurios de mucha salud y armonía, comenzamos nuestro Quo Vadis esperando no sea un Via Crucis todo lo que se nos avecina. Quiero de verdad pensar y creer que exista motivación de encuentro con la realidad, pero ante lo que acontece en ese mundo supremo del poder político actual del país pues, no da muchas esperanzas; y habrá que hurgar muy profundo dentro de la caja de Pandora para poder lograr encontrarla.
A DÓNDE VAMOS, se ha convertido en la primera interrogante sustancial de cada venezolano ante tanta desidia y desapego de lo que se quiere con lo que de verdad pueda lograr hacerse. A la sazón, nuestros jóvenes imbuidos en un panorama incierto; el dilema de estudiar para que?, si es más fácil la dolce vita y las lisonjas de ser acólitos del oficialismo, o de ser allegados de alguien en la oposición que también los pongan “donde hay”. Una juventud que se desgrana entre el reegaton alienante y falto de cualquier valor moral del Bud Bony, y una sociedad que se transformó y transfiguró en el sin sentido de buscar salidas fáciles.
No vemos la inducción al conocimiento, al análisis de la realidad del entorno país, nadie se atreve a exigir esa posibilidad de un mejor vivir. Todo está arropado bajo la égida de una elite que ostenta y lo puede todo. Que se presenta ufana en las redes con consignas revolucionarias que nunca supo ni quien las dijo, ni como nacieron en la historia de las luchas sociales; solo han sabido repetirlas y hacer uso de ellas para sus intereses de amasar fortuna.
Vemos allí, discursos vacíos y vacuos; estrategias de tratar de aparecer junto al pueblo abrazando viejitas o niños con la cara del hambre y miseria que ellos mismos intencionalmente han provocado.
A DÓNDE VAMOS, en un país que perdió su rumbo, en donde todo es un negocio y nos negamos al trabajo y al esfuerzo, donde no hay disciplina ni ética y los valores vuelan como deseos perdidos en las quimeras de algún sueño pasado. A DÓNDE VAMOS, ante políticos que se unen en el único afán de ser ineptos y corruptos, ya sin desparpajo y grandilocuencia; todos bajo un principio de supuesta “lealtad”, que no es más que una “complicidad” manifiesta.
A DÓNDE VAMOS sin intereses comunes y sin proyectos que impliquen salir de la pobreza y del oprobio oportunista de una elección popular que ya nadie cree por la falta de seriedad y de principios mínimos de legalidad. Con una economía que no tiene orden, dolarizada pero sin dólares, con salarios de esclavos a la usanza de la Colonia; donde la paga no alcanzaba y la sumisión se ataba al hambre y las necesidades. Donde el gran negocio sigue siendo la movilización de los capitales de los ricos actuales y los anteriores, ante un dólar voraz impuesto por el mismo Estado, dejando su estela entre los negocios y las sobras, como nuevo esquema de nuestra economía. Es decir, economía de sobras.
Y por último, A DÓNDE VAMOS, con una Constitución nacional que nadie respeta y donde el Estado de Derecho (tan necesario en una sociedad democrática), se encuentre abusado por el Poder omnímodo del Estado, resultando ver a una Justicia rendida, sin balanza ni equidad. Leyes que no se cumplen y se irrespeta a la condición de ciudadanos. Donde pareciera más importante un perro (a los cuales rindo mi cariño y afecto) que una vida humana.
Donde una denuncia de violencia de género depende de quien sea el denunciado para poder actuar; porque si el violento es un enchufado pues no le harán nada. Y así, todo el engranaje de protección de los y las más débiles; justicia tardía que cobra honorarios y se olvidó del Derecho. Donde ya no trascienden ni los valores ni el conocimiento. Con gobernantes que irrespetan la majestuosidad de la Ley y hacen caso omiso de su cumplimiento, porque se han anclado en los principios de una monarquia criolla, al mejor estilo de los dictadores de regiones.
En fin, A DONDE VAMOS, seguirá siendo nuestra interrogante si no comenzamos a pensar como venezolanos y unirnos en la única razón de recuperar al país. Esa es la cuestión, he ahí el gran detalle.

Rafael García González

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