QUO VADIS/ DEL CANSANCIO A LA REALIDAD

2024, inicia con su postín de ser año de elecciones presidenciales. Por mandato constitucional corresponde al Poder Electoral hacer el correspondiente llamado al proceso de votación y fijar la respectiva fecha de los concebidos comicios; cosa esta última que no ha realizado, bajo la presión de diferentes organizaciones, apoyadas en los aún recientes acuerdos de Barbados.
Parece que aún se cursen las habas dentro de las estructuras del poder oficialista, y muchas opiniones apuntan a que algo huele mal en Dinamarca. Luego de la entrevista otorgada por el Presidente Maduro al periodista español Ignacio Ramonet, afloraron una serie de comentarios sobre su posible no reelección y designación de otro candidato o candidata por parte del PSUV, para enfrentar a quien en definitiva asuma los colores de la oposición, ya que de ese lado tampoco las aguas están claras y menos aún en su cause.
Abre así este año de espectativas y oportunidades, ante el cansancio de la gente por promesas incumplidas y el deterioro de la institucionalidad del Poder Público.
Cansancio ante el descaro de funcionarios públicos abiertamente corruptos, que hasta hace apenas unos años no tenían dónde caerse muertos, y hoy día desfilan con grandes casas, viajes, derroches de vehículos de alta gama y más aún, por su descarado caradurismo de mostrarse ante una sociedad que los ve en silencio, y solo espera el momento del voto para sentir por lo menos, su retribución de eliminarles esas prebendas otorgadas por la solapada protección de sus jefes o jefas de turno. Es el mismo cansancio de la gente, frente a la falta de servicios públicos medianamente satisfactorios; con cortes eléctricos de larga duración y el llamado de un plan borrón y cuenta nueva del mísero servicio eléctrico, que ni borra nada y solo crea una cuenta nueva de mayor deuda por pagar por algo que no sirve. Semejante caradurismo, querer ahora reorganizar lo que ellos mismos destruyeron; esa cultura del pago a tiempo de un servicio que era prestado con regularidad, atención al público y respuesta inmediata ante las fallas. Ahora se pretende cobrar la ineficiencia creando la duda en el consumidor, si esos pagos irán a ser aplicados al buen servicio o de igual manera irán a parar a manos de unos pocos para seguir haciendo el derroche de ricos ya no tan nuevos.
La vivencia de las realidades, colocan la cocción de las habas en el gobierno, en una suerte de fuego lento, a la espera de una estrategia que no llega y que queda abrumada ante el cansancio de tirios y troyanos. Hay que mirar a la esperanza en algunos políticos que puedan hablar claro y en el justo equilibrio de las circunstancias. Gente de experiencia y con moral ética de su discurso, que vayan más allá de esa emocionalidad de un discurso revanchista. La gente quiere oír a políticos de sagacidad y estrategia; con visión de futuro y conocimiento de la patria en su dimensión histórica como alguna vez nos habló Uslar Pietri.
Esta realidad concebida en ese cansancio de la gente, demanda altura y prestancia, formación civil y democrática como lo ha venido exponiendo el Dr. Eduardo Fernández, mediante diferentes foros, entrevistas y redes sociales. Necesitamos una oposición que funde sus principios en el país y no en el personalismo egocéntrico que desea derrumbar murallas pero destruye los puentes del entendimiento y unión del progreso. Es hora de mirar las realidades y deslastrarnos de estas fórmulas de antipolitica que solo favorecen la permanencia de un régimen al que se le olvidó sus postulados de revolución y luce trastocado en su norte y su accionar. Ante esa falta de dirección, la Unión es El Progreso.

Rafael García González

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