MELBOURNE.- Carlos Alcaraz no hubiera diseñado mejor su inicio oficial de temporada. Ni planificándolo le hubiera salido más redondo su debut en el Open de Australia 2024, su regreso a Melbourne Park después de la baja por lesión de doce meses atrás.
Es su tercera participación en este Grand Slam, que no tiene nada que ver con la segunda ronda de 2021, desde la fase previa, ni con la tercera eliminatoria de 2022. A sus 20 años, con un US Open y un Wimbledon en la mochila, su mirada se dirige a un título que conllevaría como premio extra la recuperación del número uno mundial. Todo desde el respeto a los rivales, pero con la ambición de quien ya destronó a Novak Djokovic en otro de sus territorios favoritos, la hierba londinense.
La voracidad de Alcaraz se asienta en su nivel y en datos que avalan una progresión tan fulgurante como resultó su entrada en el torneo. Sin rodaje de competición, pero apoyado en unos entrenamientos de calidad y sendas exhibiciones con Alex de Miñaur y Casper Ruud en la misma central del Rod Laver Arena, el murciano enseñó estar listo, ante la dificultad y cuando se disparó.
Tuvo un inicio complicado, lo solventó y acabó destruyendo al francés Richard Gasquet, 37 años y nº 131 mundial, por 7-6 (5), 6-1 y 6-2 en 2h.22′. Cerró con su noveno ace, que era el golpe ganador 53º (26 errores no forzados). Estadística demoledora, manteniendo siempre el saque. Un mensaje contundente a sus rivales, la reafirmación de que el trabajo de la larga pretemporada, que retrasó al máximo su viaje a las antípodas, ha valido la pena.
Llegará con más argumentos frente a un oponente peligroso, el italiano Lorenzo Sonego, 28 años y nº 46, vencedor del británico Daniel Evans por 4-6, 7-6 (8), 6-2 y 7-6 (4) en 3h.42′. Como antecedente, la derrota del español en Cincinnati 2021 por 6-3 y 7-6 (6).
Le tendrá ganas Carlos Alcaraz, las mismas con que esperaba su primer encuentro de 2024. Precisaba batalla, la tuvo en una manga inicial maravillosa porque Richard Gasquet desplegó su técnica virtuosa y el murciano respondió con su también amplia gama de recursos. 72 minutos de mucha calidad, una bendición para que el tenista de El Palmar adquiriese ese ritmo que sólo dan estas situaciones en competición.
Todo hubiera sido más fácil de haber ganado una de las nueve bolas de ‘break’ que tuvo a su disposición, pero ni así se descolocó Alcaraz. Muy intenso, demasiado para las piernas de Gasquet, que dando lo mejor no obtuvo premio en el ‘tiebreak’. Duelo sentenciado.
Alcaraz mantuvo un ritmo trepidante, las piernas y la moral de Gasquet no daban para más si no había tregua. No se la concedió el español, que a la décima oportunidad sí robó el saque del oponente. En un suspiro 3-0 en el segundo set.
El pupilo en este evento de Samuel López, aunque con Juan Carlos Ferrero bien atento y en comunicación directa desde Villena mientras se recupera de una operación de rodilla, demolió al oponente porque quería economizar riesgos y guardar fuerzas. A las once y media de la noche local, compromiso resuelto. Con brillantez.
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