QUO VADIS/ CONCIENCIA CIUDADANA

Citando a Leon Tolstói, escritor de origen ruso (1828-1910), en uno de sus cuentos denominado “LAS TRES PREGUNTAS”, narra la historia de un emperador que deseaba perpetuarse en el poder a través de saber las respuestas a tres preguntas, que cito a continuación:
“… Las tres preguntas eran:

¿Cuál es el momento más oportuno para hacer cada cosa?

¿Cuál es la gente más importante con la que trabajar?

¿Cuál es la cosa más importante para hacer en todo momento?”

Había prometido buena recompensa a quien pudiera dar respuesta a estos planteamientos. Nadie en el reino pudo hacerlo, hasta que le recomendaron ir a la montaña donde estaría un ermitaño lleno de sabiduría. Luego de algunos sucesos allí ocurridos, donde el emperador aró la tierra, se vistió de pobre y salvo la vida de su peor enemigo, pudo dar respuesta a las tres preguntas.
Hoy en día, este pequeño cuento tiene una vigencia importante en el momento político que vive Venezuela.
Hay necesidad de despejar las dudas; la gente cada día está más llena de incertidumbre, sin que se dibuje en el panorama de los días, ninguna respuesta ante el reto de unas elecciones presidenciales llenas de escepticismo e inseguridad.
Estas tres preguntas de Tolstói deben ser el corolario de la oposición envuelta en su laberinto, para tratar de rescatar los objetivos y primacía de su existencia y protagonismo.
Hasta ahora, esta oposición se ha dejado atrapar por las estrategias del partido de gobierno, que día a día, pareciera afianzarse en su posibilidad de reelección.
Una oposición que no tiene claro CUAL ES EL MOMENTO MÁS OPORTUNO PARA HACER CADA COSA?, semeja la pérdida de la oportunidad de ir hilvanando hacia dónde va. No existe ese principio de la “oportunidad”, con el que pueda relajar el discurso y hacerlo entendible para una eficaz mediación que logre concatenar una alternativa viable y sensata, dejando atrás todo este entrevero de opiniones y líderes caudillescos, que no aportan soluciones. Urge tener una plataforma política con fuerza, que guíe y entusiasme en la unidad, no está suerte de “yo soy” y más nadie, que so pretexto de una mayoría votante, se cree en ese derecho por encima del sentido común y la cooperación.
Una oposición que no tenga claro CUÁL ES LA GENTE CON LA CUAL TRABAJAR?, está decididamente perdida en su suerte. Ni dilaciones ni cálculos en este aspecto. Hay que dejar los personalismos y egoísmos para lograr vencer al titánico pero unido partido de gobierno. Ellos a pesar de las circunstancias, mantienen su coherencia en cuanto a esta segunda pregunta. Tienen perfectamente claro con quienes trabajan y más aún, el objetivo claro del porque tienen que hacerlo. A estas alturas, la oposición luce dividida y sin tener organización ni de sus ejes de mando y menos de quienes están dispuestos a ese logro colectivo. La única excepción en este marasmo de males, lo ha venido expresando el líder demócrata Eduardo Fernandez. Su coherencia, iniciada mucho antes de cualquier proceso de primarias o de selección del candidato opositor, hoy en día le da la razón; en cuanto a que ese candidato debe surgir de un consenso, pero para ello debe saberse cuál es la gente con la que se trabaja, como lo cuenta Tolstói.
La tercera interrogante, tiene una sola respuesta CUÁL ES LA COSA MÁS IMPORTANTE PARA HACER EN TODO MOMENTO?, sin duda alguna, trabajar por el país; hacer cónsona la idea del interés nacional por encima de los interese personales.
Sobre este punto debe haberse planteado agenda necesaria que pueda tener la capacidad de salvar al enemigo y lograr integrarlo a su vida normal y ciudadana.
Generar un integra CONCIENCIA CIUDADANA EN PRO DE VENEZUELA, que permita enrumbar los desbarajustes en oportunidades de organización y marchar unidos por el candidato que sea, pero que brinde experiencia y capacidad de mando, ante esta abrupta ruptura del Derecho, que ha hecho la creación de inhabilitaciones fuera del debido proceso. Solo puede vencerse con el voto masivo y en unidad. Lo demás es una quimera.

Rafael García González

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