*“Cuanto más grande es el caos,
más próxima está la solución”
Mao…
Narciso Torrealba /
Apenas se pasa el puente sobre el lago de Maracaibo, lo que se encuentra en los dos municipios, unidos en todo y separados solamente por las leyes municipales, es basura para exportar, sin ninguna exageración, ya que, los enormes promontorios de suciedad se encargan de convertir –sin temor de equivocarnos– las ciudades más sucias de Venezuela, porque están trasformadas en un completo basurero, y para variar, ese aspecto lamentable termina de presentar a la tierra del sol amado a la vista de propios y extraños, como si haya sido bombardeada en los últimos años, porque la cantidad de edificaciones abandonadas y destruidas, forman parte de un panorama triste, lamentable e incalculable por solucionar, el nuevo alcalde de Maracaibo, Gian Carlo Di Martino.
La tarea no es fácil, pero ya se ve la voluntad para enfrentar el reto. En la avenida el milagro, pude presenciar una cuadrilla de trabajadores, pero parece algo insignificante antes la colosal tarea y reto, que no se puede evadir, y menos por quien, ya en su anterior mandato hizo de esta ciudad, algo digno para vivir, visitar y disfrutar. Por el otro lado el exgobernador derrotado Manuel Rosales, pronunció al salir una expresión para reír ¡Ojalá no se vayan arrepentir de no haber votado por mí! ¿Quién se puede arrepentir de tamaño disparate? porque se hace difícil conseguir una carretera en buen estado y de las calles de Maracaibo, es más fácil andar en las carretas tiradas por burros, que todavía transitan en la ciudad, que desplazarse en un vehículo.
Por eso, la consigna no es otra y tiene que formar parte del país ¡Está prohibido fracasar! a pesar de las limitaciones en medio de la guerra económica y del ataque despiadado del mandatario estadounidense, más la oposición venezolana, que solamente piensa en ayudar a excavar y escarbar para agudizar el problema, pensando que ahí precisamente está el trampolín para dar el salto, que los lleve al ansiado poder. La pregunta de rigor, que no se puede esconder en estos momentos, cuando el problema ha invadido a toda la ciudad ¿Quién responde por daños y perjuicios? En primer lugar, el alcalde saliente o lo salieron por manejos totalmente apartados de una verdadera administración al servicio del pueblo, está pagando con cárcel, pero con todas las comodidades y así, cualquier vagabundo se la juega y el reemplazante parece, que no estaba a la altura de una ciudad, el cual reclama atención y dedicación desde que aparece el sol alumbrado el caminos de su gente laboriosa.
En los 4 días, que estuve, después de tres años de ausencia de una ciudad el cual visitaba todos los años y no menos de 15 veces por año, a ver a los suegros, dos sicilianos que llegaron a trabajar y terminaron sembrados bajo el calor de esa tierra, pero también aprovechaba las oportunidades para saborear las costumbres y tradiciones de los maracuchos, que sacan de cualquier problema un chiste y se ríen, hasta de ellos mismos en reuniones, que parecen exclusivamente para dejar escapar la imaginación y travesuras. Este corto tiempo de una visita en diligencias personales me sirvió para indagar de lo que esperan los marabinos de las nuevas autoridades, porque de lo contrario, como dijo un señor tocado por los años y la situación, el cual no da tregua ¡Qué molleja, si estos no hacen nada, nos encomendaremos al diablo!
No es solamente el grave problema de la basura, ya que, la anarquía se ha apoderada de la ciudad y la gran mayoría de sus habitantes hacen lo que les da la gana, y esa expresión es muy común entre los pobladores. Pero no podemos dejar, que esa voz convertida en un estribillo se siga adueñando de la gente, ya que, eso es Venezuela o estamos en Venezuela es muy frecuente, y no podemos tolerarla, como una costumbre más para llevar a todas partes, como la carta de presentación, porque no estamos agrediendo para beneplácito de los que quieren el desorden, la anarquía y la proliferación de ventas de licor, preferiblemente cervezas, con la excusa, que sirve para aplacar el calor, lo que ha llevado a un número muy elevado de indigentes y alcohólicos, que en cualquier parte se consiguen deambulando la esperanza perdida.
El lado positivo de estos dos municipios: San Francisco y Maracaibo, es la mejoría en el servicio de la electricidad; ya no son aquellos cortes de 4 y 5 horas, porque pasan días sin ninguna interrupción, según la expresión de algunas personas, con quien tuve la oportunidad de dialogar y a esto se une el gas doméstico, el cual era una falla para encolerizar a cualquiera y algo sumamente importante, porque era un dolor de cabeza para todos en general, como es la gasolina y esto me llamó poderosamente la atención, porque en todo el trayecto de Barquisimeto a Maracaibo no conseguimos una estación en servicio, unas estaban cerradas y las otras totalmente abandonadas, mientras en las dos ciudades era todo lo contrario, ya que, todas estaban funcionando y no es para menos porque el parque automotor ha crecido, desde carros destartalados por los años, pero sirven para ganarse el pan, hasta vehículos último modelo y la proliferación de motocicletas, como avispas peligrosas.
Ese es parte del panorama, que se consiguió, Gian Carlo Di Martino, y no tiene tiempo que perder y menos escudarse en el pasado, porque tiene que echar todos eso en el sitio donde van acumular esas montañas de basuras para ser incineradas. El compromiso es lo que enaltece a los verdaderos revolucionarios y más, cuando fue electo con la esperanza de ver renacer a la Maracaibo de la gaita una de las verdaderas tradiciones y echar a un lado la invasión musical, el cual han convertido prácticamente en ruidos perturbadores y molestos, que en el fondo desvirtúan el comportamiento de un buen ciudadano. La tarea, no es solamente de Carlo Di Martino, es de todo el pueblo zuliano, empezando por crear conciencia para ayudar hacer una ciudad limpia, el cual ayuda vivir a pesar de la grave situación económica y de los especuladores, que aparte del aumento criminal del dólar, cobran, como les da la gana. Es decir, le dejaron un hierro al rojo vivo ¡Manos unidas a la obra para resolver un problema de todos!
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