Mi palabra / ¡En casa se larga el forro!

NARCISO TORREALBA /

*“Aquello que no puede decirse,
 y todo lo que es imposible callar,
 lo expresa la música”
Víctor Hugo…

En el año 1977, cuando todavía el comandante Chávez, no había llegado al poder, pero se vislumbraba en el horizonte el triunfo del proceso bolivariano por las calamidades sufridas por el valiente pueblo venezolano en los gobiernos alternativos de AD y COPEY; en una visita a Maracaibo en la época de navidad, al vernos con la Dra. Mexi Leal –gastroenteróloga– quien por cierto estudió sin las limitaciones económicas de la época; al desarrollarse la divertida conversación de recuerdos y presentes de la vida diaria, la amiga con toda la humildad y motivación que la caracteriza por las costumbres del estado Zulia, tocó el ambiente musical del momento de los maracuchos: la gaita, ya que, es una gaitera de corazón y con una sonrisa resaltó la que estaba de moda y al final fue la gaita del año ¡En casa se larga el forro! escrita por Heriberto Molina y popularizada por el fallecido cantautor Astolfo Romero.
Esa expresión musical, es un reflejo de las condiciones económicas encontradas por el comandante Chávez, al tomar las riendas del poder y apenas empezó aplicar cambios profundos se abrieron las esperanzas del pueblo, por cuanto se notaban las mejorías y solamente los cargados de odio, los encendidos pitiyanquis más los que sentían el impacto de las medidas, sobre todo los empresarios ligados al capital extranjero, especialmente el estadounidense a través del dólar, utilizado para el cambio desigual con la economía venezolana, empezaron a sacudirse y en cuestiones de poco tiempo planificaron el golpe de estado del 2002, con el apoyo de la oposición apátrida y la CEV presidida por Baltazar Porras, el mismo que sigue dando funciones en beneficio de los gobiernos estadounidenses. Pero a todas estas la pregunta del momento ¿Qué ha pasado de esa fecha para acá?
La respuesta sincera y oportuna, es que la mayoría del bravo pueblo venezolano sigue largando el forro para poder vivir, porque el imperialismo es como el agua, por cualquier parte se mete a la hora de hacer estragos y el punto de apoyo es el mismo, pero ahora la fiera herida está enseñando los dientes de manera muy peligrosa en la persona del multimillonario Donald Trump y en Venezuela tienen una dama haciendo el papel de actriz fracasada –María la inhabilitada– pero muy útil para el gobierno de los Estados Unidos, ya que, ha hecho lo posible e imposible para abrirle cauces a todas las corrientes para golpear al pueblo venezolano y en su loca desesperación en medio de su frustración llegó a pedir una invasión y a lo mejor por ese gesto “humanitario” fue premiada con el Nobel de la paz.
Entre las causas por el cual, el valiente pueblo venezolano sigue largando el forro, se encuentra el dólar y sus implicaciones en los casos, que son muy escasos donde no incide para convertir la economía venezolana en un verdadero rompecabeza, ya que, va en aumento a la velocidad de las loqueras de Trump, quien prácticamente es el escudo protector del símbolo monetario estadounidense y cada día se despierta con una nueva amenaza, pero todas están relacionadas con el dólar y el codiciado petróleo, alma y vida de la disfrazada sociedad estadounidense, donde las luces por supuesto alumbran, pero también hipnotizan y hasta hace poco era el país del llamado “sueño americano” al punto de atraer una migración de todas partes del mundo y una buena parte de los venezolanos que mordieron el anzuelo ahora se están desengañando al ver y tocar la realidad por demás putrefacta.
Los estragos y disparidad del aumento del dólar se sienten en el mínimo detalle de la economía venezolana. Por un lado, las grandes y asombrosas construcciones de la noche a la mañana, aparecen, como por encanto; unos afirman, que es el “lavado” de dólares, pero lo cierto, es, que todo el que tiene la suerte o la oportunidad de ganarse o conseguirse unos dólares por cualquier vía, aún, cuando muchos de ellos corren el riesgo de ir a parar a la cárcel, cuando los ingresan al país, se encuentra en las manos con una fortuna; pero por el otro lado, la cantidad de personas con tarantines en las aceras o con el negocio en la mano –termos de café– es para reafirmar, que el venezolano es trabajador, valiente con dignidad, a pesar de lo que diga Trump y sus alabarderos y por eso prefiere largar el forro, que  rendirse antes las pretensiones del imperialismo, rechazando la invasión y con decoro y amor a la patria está lista para defender el suelo que liberó el padre de la patria, Simón Bolívar, guiado en este momento por el valiente presidente Nicolás Maduro.

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