Dios no tiene favoritos


 
     El pasado jueves me conseguí con un amigo al que tenía alrededor de 3 meses que no le veía. Al entablar una conversación con él, le pregunté por su salud y su familia, y entre otras cosas, de su relación con Dios; a lo que me respondió: “Dejé de asistir a la Iglesia”. Me comentó que actualmente está sin trabajo, según él, su ropa está muy vieja y se sintió criticado y hasta rechazado por algunos miembros de su Iglesia, y de ahí deriva que por los momentos esté “apartado”.
 
     Hoy en nuestras Reflexiones en Familia, compartiremos una porción de la palabra viva inspirada por Dios, que en Job capítulo 34, versículo 19 de la Traducción en Lenguaje Actual, nos dice: “Dios nos hizo a todos, seamos pobres o ricos; él no tiene favoritos”.
 
     Querido hermano y amigo, lo primero que quiero decirte, es que si te encuentras pasando por una etapa difícil, esta reflexión es para ti. En esta cita bíblica se nos hace ver, que Dios no tiene preferencias ni obsesiones con ninguno de nosotros, a Él no le importa nuestro estatus social, nuestro pasado o nuestro presente. Dios nos ama a todos por igual y nos trata con la misma justicia; y esto nos debe motivar a seguirle buscando.
 
     Si hoy también hay alguien que anda criticando al hermano, esta reflexión te invita a recapacitar sobre cómo tratas a los demás; ya que muy a menudo y como seres humanos, juzgamos a las personas por su apariencia o su posición social; sin embargo, la justicia de Dios no tiene en cuenta estas cosas, y nosotros debemos tratar a todos con el amor que refleja Cristo.
 
¡A veces pareciera que olvidamos que somos parte de la misma creación!
 
     Amado hermano, Dios no tiene favoritos, y ante su mirada todos somos iguales. ¿Por qué no tratar a cada persona con la misma dignidad y respeto que merecen? “Dios es un juez que no tiene favoritos, y será él quien decida si merecemos ser castigados o premiados, según lo que cada uno de nosotros haya hecho. Así que, si ustedes dicen que Dios es su Padre, deben honrarlo en este mundo todos los días de su vida”. 1 Pedro 1:17 (TLA).
 
     Amado amigo, si en algún momento te has sentido criticado, rechazado o sencillamente inferior por alguna circunstancia terrenal, recuerda que Cristo pasó por cosas mucho peores que las que hayamos podido pasar nosotros, y en ningún momento se apartó ni hizo a un lado a nadie. ¡A Él lo movía ese amor por ti y por mí!.
 
     “Entonces Pedro comenzó a decirles: —Ahora comprendo que para Dios todos somos iguales. Dios ama a todos los que lo obedecen, y también a los que tratan bien a los demás y se dedican a hacer lo bueno, sin importar de qué país sean. Este es el mismo mensaje que Dios enseñó a los israelitas por medio de Jesús, el Mesías y Señor que manda sobre todos; para que por medio de él todos vivan en paz con Dios”. Hechos 10:34-36 (TLA).
 
     Amados, Dios nos ofrece la salvación a todos sin importar circunstancias como el estatus social, raza, vestimenta o de que parte somos; Dios no te ve por fuera, Él ya te conoce desde adentro y jamás te va a criticar ni a rechazar; pero, si alguno de nosotros hacemos acepción de personas, en Santiago 2:9 nos recuerda que entonces estaríamos pecando y transgrediendo la ley de Dios.
 
     Hoy mi querido hermano, el llamado es para que animes a entrar a ese amigo que aún no ha llegado a los pies de Jesús; pero también, a que no permitas que nadie se vaya porque tiene vestiduras viejas. Que no haya discriminación ni preferencia entre los hijos de Dios, y si en tú congregación llega alguien con ropa espléndida o también entra alguien con ropa andrajosa, no los mires de arriba abajo, simplemente ¡déjalos entrar! Todos somos creados a imagen del Señor, por lo tanto no podemos estar discriminando ni enjuiciando a nadie, esa no es tarea nuestra.
 
     Finalmente, y sea cual sea el escenario que estés mirando ahora, debemos clamarle al Dios Padre, para que nos ayude a reflejar los valores del Reino.
 
     “Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo”. Efesios 4:31-32 (NTV).
 
¡Bendiciones para todos!

Entradas relacionadas