EL AÑO QUE VIENE VERÉ QUE HAGO…

A menos de un mes de diciembre se siente un ambiente de alegría y esperanza en Venezuela. Claro está que la situación económica es ruda, como dicen en la calle; sin embargo la gente hace esfuerzos para salir adelante y resolver navidad y año nuevo con lo necesario, en paz y tranquilidad junto a la familia. Lo importante, es que podamos pasar felices 24 y 31 en unión con nuestros seres queridos, y el año que viene veremos qué hacemos. La vida es muy corta para estresarnos.
Aunque te quejes cuantas veces quieras, igual todo sigue, los malos seguirán siendo malos y los buenos continuarán haciendo lo bueno. Hay que aprovechar y disfrutar el efímero tiempo que tenemos en la dimensión terrenal, no se debe desperdiciar, es muy valioso y no regresará jamás. Al final, cuando termine nuestro periplo por este mundo y morimos, nada nos llevaremos, como llegamos nos iremos.

Vive para ser feliz, no para complacer lo que piensen y digan los demás, para que cuando llegue la hora de partir no te arrepientas de lo que no hiciste, por la estupidez del que dirán. Mientras puedas ayuda al que de verdad necesita de tí, sin que sepa tu mano izquierda, lo que realizaste con la derecha. No importa que no te lo agradezcan, no te preocupes ni te sientas mal por eso. Sigue haciéndolo de corazón.
Un gran amigo me contó por lo que ha tenido que pasar en los últimos 6 meses. Momentos muy duros donde ha sobrevivido casi sin recursos económicos, pero aún con todas esas calamidades y limitaciones con esposa y 4 hijos, me dijo que nunca se ha quejado y que la Divinidad no lo ha abandonado en los instantes más difíciles. «Cheo, por eso estoy seguro que pasaré la navidad y recibiré el año sumamente feliz con mi mujer y mis hijos. Ya veré que haré en el 2026».

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