NARCISO TORREALBA /
*“En política todo necio es peligroso
mientras no demuestre con hechos su inocuidad”.
Santiago Ramón y Cajal
Premio Nobel de medicina en 1906…
El primer regalito se lo tenemos sin envolvérselo: la María Corina Machado, con su rostro de amargura y frustración, a pesar de los codiciados euros del mal asignado premio Nobel de la paz, ya que, en el mismo sitio de entrega fue recibida con fuegos pirotécnicos, pero lanzados a los pies, porque ni siquiera la inflada figura a través de las redes y el gran poder mediático, pudo ocultar el adefesio de pedir una invasión a su propio país, algo que parecía increíble de ocurrírsele a una persona, ya que, son síntomas de un desquiciado al echar a un lado las consecuencias de un ataque al pueblo venezolana y su lógica y legítima defensa por amor y dignidad a la soberanía de la patria .
El segundo obsequio: Juan Guidó, aunque lo tienen en buen resguardo en su propio país, pero falta mandarle el comprobante de vendepatria, para legitimarle el título de propiedad por los años de cuido, ya que, lo tratan, como una verdadera damisela, todo lo contrario a los migrantes, pero además le vamos hacer llegar un estimulador para enseñarlo hablar, porque solamente le entienden los que precisamente lo prepararon para atacar al gobierno del presidente Maduro, y la llave para ponerlo a funcionar, como un auténtico muñequito de cuerda, la carga el desquiciado de Trump, pero en su descontrolado palabrerío seguramente la botó y sí le preguntan por ella, lo más lógico y seguro es que responda: ¡What’s the point now! ¡ya para qué!
El tercer personaje con un estilo para hablar, como imitando al Trump, lo pueden buscar en España, donde supuestamente se encuentra residenciado, pero muy apartado de los migrantes y no es otro, que ¡Antonio Ledezma! Tan presumido y arrogante, que donde llega se cree el blanco de todas las miradas, pero lo único llamativo y se presta para una confusión es que parece un actor de una película de terror y no está muy lejos, porque de pasó anda en una de invasión repitiendo los mensajes de Trump y Uribe Vélez, como para espantar a cualquier mortal.
El cuarto angelito, es nada más y nada menos, que Julio Borges, quien, a formada a la distancia un dúo maravilloso con Antonio Ledezma y cuando se encuentran para darse el abrazo de celebración, como dos perfectos traidores a la patria asustan a más de uno, empezando por los directores cinematográficos, a pesar de estar acostumbrados a verle el rostro a esta clase “héroes” pero en la ciencia ficción, ya que, estos son de carne y huesos acostumbrados arrodillarse a cualquier mandatario estadounidense y cualquier traidor es tan peligroso, que es capaz de venderle el alma al diablo por un puñado de dólares, la misma víbora en asecho.
El complemento del combo de regalo, es un grupito de infelices opositores, que se mantienen vociferando mentiras, que ni siquiera la Ibéyise Pacheco, ha llegado a superar, pero ellos siguen creyendo, que son creídos de cuanto disparate se les ocurre, para terminar haciendo el triste papel de soplón de Trump, entre ellos lo más destacada es Carla Angola, quien reside en Miami y entre más habla, menos le creen, porque no puede esconder la hipocresía y la falsedad con su risita malévola, contrastando con el rostro de su jefe Donald Trump, quien ni siquiera se ríe y muy poco les importa, pero todo traidor a la patria, no le queda otra, que seguir en el charco de la podredumbre, así, sea recogiendo los excrementos del amo. Ahí tiene Trump, para escoger.
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