En La Colonia Agrícola de Turén: Más de 20 años transformando el material de reciclaje en un homenaje al nacimiento del Niño Jesús

Yaxmin González Jiménez

ACARIGUA.- Alambres, envases plásticos, cartón, madera, telas, ramas secas, troncos, entre otros materiales de reciclaje han terminado transformados en un pesebre de Navidad que, desde hace más de veinte años, alimenta el espíritu y las esperanzas de los habitantes de La Colonia Agrícola de Turén, como una ofrenda de amor, unión, solidaridad, fraternidad y paz para quienes lo visitan.

Lo que se inició en la sala de su casa para complacer a su abuela al colocarle el pesebre cada diciembre, la artífice de este proyecto, Aura Ríos, quiso compartir las tradiciones en familia y transmitir la importancia de dar y recibir amor y de ser solidarios en Navidad, de allí que el nacimiento se extendió más allá de su propia residencia para adornar un espacio en la calle 6 de La Colonia, donde varias generaciones han podido disfrutar de la representación del nacimiento del niño Jesús en Belén.

Para la decoración, cualquier material puede ser aprovechado, de allí que ganchos de ropa, medias de nailon, goma espuma, anime, tela, pintura, madera, alambres y hasta cocos secos han sido utilizados para darle forma a las imágenes de María, José, los Reyes Magos, el burro y el buey, así como los pastores. La base de las figuras está rellena de piedras y tierra para evitar que se caigan o se las lleve el viento.

“María se coloca sentada y embarazada sobre un burrito que es halado por José, como una manera de relatar que no los aceptaron en la posada y ellos siguen adelante hasta que llegan al pesebre. El 24 vamos y le quitamos la barriguita y la sentamos en el suelo con el niño Jesús en brazos. Este año hemos agrandado el pesebre y hemos incorporado un pescador en honor a la gente que realiza esta actividad en La Florida, una lanchita, una mujer que viene de recoger agua en el rio, tiene un fogón con arepas de maíz en un budare, porque es el plato principal en la mesa de los venezolanos y es una manera de pedirle a Dios que no nos falte el sustento en nuestros hogares”, explicó.

En representación de la parte agrícola, Ríos señaló que colocan unas ofrendas con arroz, maíz, yuca, entre otros rubros, sin embargo, las ardillas se lo llevan y terminan colgando en los árboles que rodean el nacimiento.

-Este año también se narra la llegada de Santa Claus en tren dando obsequios en cada estación. La primera se llama “Espíritu Navideño” donde se encuentra una familia de galletas de jengibre, la segunda se denominó “Ríe y sueña” y la última “Felices Fiestas”.

Aunque la elaboración queda en manos de algunos pocos, otros vecinos colaboran con llevar desde un vaso de agua hasta las cajas de cartón, las palmas o cualquier material que pueda ser aprovechado como ornamento que será colocado en el pesebre.

A lo largo de estos años –dijo- vemos que a la gente le encanta venir a verlo, pasear con sus niños por La Colonia, muchos han crecido con esa tradición de venir a ver el pesebre. Nos gusta ver que los niños disfruten y se alegren y se impregnen de la espiritualidad que significa el nacimiento del hijo de Dios, que tengan fe.

Comentó que el nacimiento está realizado con mucho cariño junto a varios de sus familiares y no es para inscribirlo en algún concurso ni para sacarle algún tipo de provecho personal, únicamente es para que la gente lo visite y disfrute de pasar un rato distinto.

A través de esta representación que conmemora la venida del niño Jesús al mundo, Aura Ríos abogó por la paz y la tolerancia para el país y que la juventud venezolana pueda tener un futuro lleno de oportunidades de prepararse y educarse para contribuir al desarrollo de Venezuela.

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