PARÍS.- Inicialmente pensado para tratar la diabetes tipo 2, este fármaco inhibe el apetito y alarga la sensación de saciedad al ralentizar el vaciado del estómago. Su uso se ha viralizado en redes por parte de personas que quieren adelgazar, pero Ozempic tiene fuertes efectos secundarios y propicia la aparición de Trastornos de Conducta Alimenticia.
«En la mayoría de personas produce que haya una reducción del hambre, una disminución importante en el consumo alimentario. Eso empieza a generar una sensación de satisfacción, especialmente en una sociedad gordofógica donde estamos muy expuestos a la violencia estética y que en últimas lleva a que las personas desarrollen trastornos de la conducta alimentaria derivados de este uso del medicamento», apunta Paola Sabogal, nutricionista y psicóloga.
«Hay una gran cantidad de personas que acude a nosotros porque están teniendo atracones» al dejar Ozempic, explica Sabogal. «Al final, lo que sucede es que la relación con la comida es cada vez más problemática».
«Tenemos mucha evidencia de cómo es de dañina la prescripción de la pérdida de peso y sus efectos físicos (…) También en el desarrollo de trastornos de conducta alimentaria a nivel de salud mental. Hay muchas formas de promover salud que conocemos hoy en día que no pasan por promover la pérdida de peso, como trabajar en el sueño, disminuir el horario laboral, trabajar en muchas cosas que realmente pueden mejorar la calidad de vida y la salud sin tener que pasar por procedimientos de pérdida de peso que, a largo plazo, pueden generar muchos más problemas de salud», concluye.
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