MADRID.- El Real Madrid no podía fallar ante el Espanyol para seguir vivo en la lucha por el título de Liga. Y no falló. Venció al equipo catalán y sumó tres puntos que le dejan a seis puntos del Barcelona que juega en San Mamés. Fue un triunfo trabajado de los blancos que tuvo que remontar ante un Espanyol que no aprovechó su momento en el partido y que, eso sí, hizo sufrir a un Madrid que hasta el minuto 93 no cerró el triunfo.
El Real Madrid salió con la empanada de la hora de comer, que es lo adecuado a las 14.00 horas, cuando se jugó el partido. El Espanyol la llegó comido del hotel y lo demostró en el primer cuarto de hora en el que fue el amo y señor del partido. Cada balón largo era una condena para los blancos y una alegría para los ‘pericos’ que encontraron una autopista por la banda de Camavinga que jugó en todos los sitios, menos en el que tenía que hacerlo, como lateral izquierdo. Así, por esa banda del francés llegó el centro de Rubén que aprovechó Joselu para marcar el 0-1 en el minuto ocho.
Un golazo por la jugada y por el remate del delantero del Espanyol. El Real Madrid seguía sin aparecer en el Bernabéu y el Espanyol tuvo el 0-2, pero lo evitó Courtois con un paradón a remate de Vini Souza. Esa acción fue en el minuto 15 y parecía que el partido iba a ser un suplicio para un Real Madrid lento, sin ideas y previsible. Pero apareció Vinicius para demostrar que el sistema del equipo blanco es balones al brasileño y que él se apañe. Así llegó el 1-1 en el minuto 22. Jugada individual de Vinicius que con un gran disparo empató el duelo. Ese gol despertó a los de Ancelotti y metieron el miedo en el cuerpo a los ‘pericos’ que ya no fueron los del arranque del partido.
El Real Madrid ya no sufría tanto atrás como en el primer cuarto de hora y no solo eso, si no que cada vez llegaba más al área de Pacheco, siempre con Vinicius como referente ofensivo. En el ambiente se respiraba que el gol del Real Madrid iba a llegar y llegó. Fue en el minuto 39 y su autor, Militao que cabeceó un centro con el exterior de Tchouaméni. El Real Madrid había remontado para alivio del Bernabéu y con ese 2-1 se llegó al descanso y lo hizo con la imagen de Ancelotti quejándose por una amarilla que había visto Vinicius.
La segunda mitad comenzó con el Espanyol intentando empatar, pero el Real Madrid no era el del inicio del partido. Mucho más serio en defensa y peligroso en ataque, el equipo blanco no se dejó sorprender por el conjunto catalán que seguía buscando los balones largos a la espalda de los zagueros del Real Madrid para generar peligro. Peligro por llamarlo de alguna manera porque lo cierto es que ni Espanyol ni Madrid estaban generando ocasiones claras de gol. Había mucho ruido y pocas nueces en un partido en el que ver un disparo entre los tres palos era como descubrir petróleo. Intentos hubo, sí, pero acierto, ninguno.
Así iban pasando los minutos de un duelo en el que el gran morbo era la incertidumbre del marcador. Eso lo puedo finiquitar Rodrygo en el minuto 75 cuando en el lanzamiento de una falta, estrelló un balón en el larguero. Ancelotti y Diego Martínez echaron mano de los cambios para afrontar la recta final del encuentro y entre los que entraron estuvo Marco Asensio que dos partidos después, volvió a tener minutos. En el campo, mientras tanto, pasaba poco o nada, aunque para desgracia del equipo catalán ocurrió la lesión de Pierre-Gabriel que había sido uno de los que había entrado en la segunda parte.
Diego Martínez puso toda su artillería en la recta final para buscar el empate que rondó para desesperación de un Bernabéu que no veía nada claro el triunfo de los suyos. Las esperanzas ‘pericas’ acabaron en el descuento con el 3-1 de Marco Asensio en el minuto 93 tras una gran jugada de Nacho. El Real Madrid respiró tranquilo y sumó tres puntos que le dejan a seis puntos del Barcelona que juega en San Mamés.
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