HA SIDO UNA CONQUISTA EL DÍA DEL PESCADOR ARTESANAL y así lo testifican los trabajadores del mar, que desde hace 13 años celebran su día cada 14 de marzo. Para Gladys Sánchez, una matrona de casi 70 años, vocera principal del Consejo de Pescadores (as) de San Rafael de Anare, en el estado La Guaira, este día es un reconocimiento a la labor de mujeres y hombres que trabajan los 365 días del año, porque el día del pescador comienza todos los días a las cuatro de la mañana y no hay días libres, solo descansos intermitentes.
SON MUCHAS LAS HORAS QUE UN PESCADOR DEDICA a la captura del pescado que llega a la mesa de la familia venezolana. La faena diaria es de seis, ocho y hasta 12 horas e implica mucho sacrificio, puesto que enfrentarse al oleaje en alta mar es una tarea que obliga a sentir los rigores del clima -la severidad del sol y el frío de la noche- y también las indeseables náuseas y los mareos por movimiento. Que exista al menos un día en el que se reconozca esa «aventura» y su aporte a la soberanía alimentaria es para quienes ejercen el oficio la mejor expresión de amor que les dejó el Comandante Eterno Hugo Chávez Frías. En palabras de los propios pescadores, entre ellos Prisco Ávila, vocero nacional del Estado Mayor de Pesca, a partir del año 2010 cada 14 de marzo se celebra en Venezuela el Día de la Dignidad de la Revolución Pesquera Artesanal.
LA FECHA COINCIDE CON LA PROHIBICIÓN DE LA PESCA DE ARRASTRE en el país, tal como lo ordenó Chávez durante un Aló Presidente, transmitido desde el muelle de Puerto Sucre, en Cumaná, estado Sucre, cuando declaró a Venezuela como el primer país libre de la pesca de arrastre. La decisión se oficializó en el Decreto Presidencial 5.930, en el cual se establece la prohibición absoluta de esa perversa y dañina actividad que estaba destrozando el ecosistema en el Mar Mediterráneo y que empresas privadas replicaban en Venezuela, arremetiendo contra la flora y la fauna marina de manera indiscriminada.
LOS CAMBIOS FUERON SUSTANCIALES tras la entrada en vigencia del Decreto. Los pescadores se vieron reivindicados y dejaron de sufrir por los grandes buques que no solo atentaban contra el trabajo de hombres y mujeres curtidos por el sol, sino contra el equilibrio del lecho marino. Éste comenzó a recuperarse, se incrementó la producción de especies como el cataco, el cazón, la sardina, el pargo y el carite, entre muchas otras, y los pescadores artesanales comenzaron a tener acceso a créditos y reinvindicaciones sociales. Los valientes trabajadores del mar emprendieron el camino de la organización popular y conformaron los Consejos de Pescadores y Pescadoras (Conppa), instancias en las que priva la organización, la planificación y la articulación del sector con el Ministerio del Poder Popular Para la Pesca y Acuicultura, a favor de la captura y la distribución de proteína animal. Son estos una gran parte de los logros por los cuales el sector celebra cada 14 de marzo como el día de la dignidad de los hombres y las mujeres del mar.
LOS RIESGOS Y EL SACRIFICIO DE LA FAENA PESQUERA fueron valorados en su justa dimensión por el Comandante Chávez, quien hace 13 años no escatimó en enaltecer y visibilizar al pescador venezolano con la declaratoria de un día en su honor, sino que además blindó la seguridad jurídica y el apoyo económico y logístico al sector, consciente de que «esta madre tierra produce para que todos vivamos aquí honrados y felices, pero el capitalismo es el obstáculo más grande para lograrlo».
"Si quieres cambiar el mundo, toma tu pluma y escribe".
Martín Lutero.
