Finales de la NBA: Los Nuggets de Jokic y Murray son demasiado equipo para los Heat

FLORIDA.- Los Denver Nuggets fueron más equipo y más estrellas. Recuperaron su juego fluido y bello para derrotar a los Miami Heat por 94-109 y adelantarse 2-1 en las Finales de la NBA 2023 en el tercer asalto en Florida. A través de la exhibición histórica de su imparable dúo dinámico, Nikola Jokic y Jamal Murray, la primera pareja en lograr un triple-doble de 30 puntos tanto en playoffs como en temporada regular, la franquicia de Colorado subrayó una vez más su superioridad en fondo y forma respecto al rival.

Con esta, ya van tres derrotas seguidas de Miami en su feudo en esta fase final, con el público abandonando el pabellón a tres minutos y medio del final, antes de que una desconexión imperdonable de Denver pusiera algo de picante al desenlace, cuando habían llegado a dominar por 21 puntos en el cuarto final. El festín de Jokic, el primer jugador de la historia en registrar un triple-doble de 32 puntos, 21 rebotes y 10 asistencias en unas Finales, lo completó un Murray mordaz, autor de 34 tantos, 10 rebotes y 10 asistencias para firmar una hoja estadística para el recuerdo. «La mejor exhibición de ambos en siete años juntos», apuntó Mike Malone, su entrenador.

De cabeza al Olimpo como una de las combinaciones más letales de todos los tiempos, el prodigioso dúo visitante no dio opción al oponente, reducido al ímpetu sin demasiado acierto de Jimmy Butler (28 puntos, 11-24 TC) y Bam Adebayo (22 puntos y 17 rebotes, 7-21 TC). Nada pudo dibujar Erik Spoelstra para frenar al dos veces MVP serbio y su comparsa, que dio alas en esta ocasión al novato Christian Braun. El chaval de 22 años se graduó en el escenario principal de la NBA con un fogonazo de 15 puntos, 4 rebotes, una asistencia y un robo en 19 minutos de juego casi perfectos (7-8 TC), su máxima anotación en unos playoffs.

El tercer choque de las Finales empezó con un toma y daca muy igualado que se mantuvo hasta el descanso. El primer cuarto acabó en igualada a 24, si bien Jokic y Murray avisaban lanzando 13 de los primeros 16 tiros de campo de los visitantes. La falta de acierto desde el perímetro y la ausencia de tiros libres dejaban un dato inédito en todo el curso: ni un triple ni un tiro de personal para los de Colorado.

Sobrevivieron gracias a la pintura y la agresividad de su pareja de ases, que intentaron contrarrestar sin éxito Butler y Adebayo a lo largo del partido. El mejor momento de Miami llegó con el despertar de Caleb Martin, un visto y no visto de dos minutos en los que anotó 8 puntos consecutivos para dar la máxima ventaja del duelo a los locales (37-33, a 7:15 del receso). De nuevo, Jokic y Murray desplegaron su mano a mano y contrarrestar rápidamente con un parcial de 0-8, y los Nuggets ya no volvieron a mirar por el retrovisor. 

Al descanso (48-53), el base ya sumaba 20 puntos, más que en todo el segundo partido, y el pívot flirteaba con el triple-doble con la tercera primera mitad de un jugador en la historia de las Finales con más de 10 puntos y 10 rebotes, cifras alcanzadas en el pasado por Tim Duncan y LeBron James. Jokic, con cada partido que disputa, empieza a agotar las comparaciones con las leyendas.

El descanso benefició a Denver, que salió en tromba con un Aaron Gordon desatado en el tercer período. Tres jugadas suyas pusieron el +11 nada más arrancar (48-59, 9:30), y de nuevo la pareja de moda tomó el testigo para escaparse en el marcador. El mal rendimiento de Michael Porter Jr. (2 puntos, 1-7 TC), castigado sin minutos en el último cuarto, lo compensó un Braun intrépido que amilanó la moral de Miami con varias jugadas de carácter, desde robos hasta mates a la contra.

El chaval hasta se atrevió contra Butler, a quien logró frenar en defensa en los minutos decisivos. Los Heat se aferraron a jugadas aisladas de Kyle Lowry, Kevin Love y sus dos referentes, pero no lograron poner en apuros verdaderos a los Nuggets. Fue otro mal partido para Max Strus (3 puntos, 1-7 TC) y el primero para Gabe Vincent (7 puntos, 2-10 TC). La garra coral les valió para dar un susto ya con los titulares en el banquillo, pero la cosa fue más un aviso para navegantes, una nueva lección de lo que nunca deberían hacer en Denver. Si la aprenden, el anillo está cada vez más cerca.

“Hemos estado conectados, centrados, solo hemos tenido un pequeño problema de comunicación al final, pero hemos estado en el punto adecuado en general», celebró Jokic, que se mostró indiferente ante su nuevo récord. «No me importa demasiado», zanjó con total honestidad. Para él, lo importante es ganar el primer anillo de la historia para Denver.

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