ACARIGUA.- Con 15 estaciones frente a diversas dependencias públicas como Fiscalía, Alcaldía de Páez, Cantv, Corpoelec, entre otros organismos, trabajadores activos y jubilados de la administración pública y sociedad civil realizaron un Vía Crucis para revivir el calvario que vivió Jesús de camino a la cruz y denunciar el padecimiento que hoy en día viven los venezolanos por la pérdida del poder adquisitivo por los bajos salarios y la pérdida de beneficios laborales.
Con pancartas, imágenes religiosas y la representación de un Jesús que llevaba la cruz a cuestas, enfermeras, médicos, educadores, agricultores, entre otros sectores formaron parte del Vía Crucis Intergremial para representar que, así como Cristo fue despojado de sus vestiduras, los trabajadores fueron despojados de beneficios conquistados a lo largo de años de lucha sindical y sometidos a unos sueldos de miseria.
«El venezolano está viviendo un calvario en estos últimos años con la pérdida del poder adquisitivo y los beneficios que antes disfrutaba, está sufriendo el despojo de la atención médica, el despojo del suministro de las medicinas, entre otros tantos padecimientos. El mensaje positivo es que después de todas estas penurias tiene que venir la resurrección y la recuperación de la calidad de vida que se tenía antes de la situación precaria que se está viviendo actualmente», dijo Carlos Manzanilla, quien fungió como encargado del ceremonial.
Señaló que así como Simón de Cirene ayudó a Jesús a cargar la cruz, muchas familias están recibiendo el apoyo de los venezolanos que tuvieron que emigrar para colaborar con recursos para que sus padres, hijos o familiares puedan sufragar los gastos y hacer menos pesada la carga de mantener sus hogares.
Campaña contra la trata de personas
A la par de la actividad de protesta de los trabajadores, y como parte de la «Campaña Compartir» de Cáritas de Venezuela, este Vía Crucis busca también visibilizar el trabajo que vienen haciendo organizaciones en contra de la trata de personas, «donde los seres humanos son convertidos en cosas para la venta, haciendo perder al ser humano su dignidad de hijos de Dios, un delito que afecta a millones de hombres, mujeres y niños en el mundo y de cuya realidad no escapa Venezuela, producto de la emigración forzada», expresó Manzanilla.