Cuando emprendemos un negocio, pedimos a Dios que nos “eche una manito”; pero generalmente ocurre después que tenemos el “agua al cuello”. Se nos escucha decir y hasta se lee en carteles, de que Dios es el socio principal del negocio; pero, quiero que reflexionemos sobre las siguientes preguntas: ¿Hablaste con Dios sobre ese negocio? ¿Te dio Dios una visión sobre el negocio? ¿Sabías que la provisión no asegura el éxito?
Hoy en nuestras Reflexiones en Familia, nos deleitaremos con una maravillosa porción de la Palabra que en Proverbios 3, versículos 5 y 6, de la Traducción en Lenguaje Actual, que nos dice: «Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo».
Queridos hermanos y amigos, según el Diccionario de la Lengua Española (DLE), confiar es encargar o poner al cuidado de alguien sin más seguridad que la buena fe y la opinión que de él se tiene, de algún negocio u otra cosa; y provisión es la acción y efecto de proveer, y conjunto de cosas especialmente alimentos, que se guardan o reservan para un fin. En la Biblia, confiar es creer en las promesas de Dios en cualquier situación, incluso en las que parecen estar en contra; y provisión en la Biblia, está arraigada en el carácter de Dios y abarca tanto necesidades físicas, como espirituales y emocionales.
Reflexionando sobre la cita bíblica antes mencionada, debemos tener en cuenta en primer lugar que, es en Dios en quien debemos confiar y no en nosotros mismos, menos de lo que creemos saber o del mundo y sus opiniones; y en segundo lugar, debemos confiar en Dios porque todas sus acciones tienen un plan y todo plan para con nosotros, es perfecto. En fin, cada aspecto de nuestra vida debemos confiárselo; y más aún, a sabiendas que nuestro conocimiento es perecedero, limitado y está corrompido por esencia misma de nuestros pecados.
Ahora bien, cuando hablamos con Dios sobre nuestros planes, cuando cada acción o paso lo anteponemos en sus manos desprendiéndonos de las emociones y la corazonada natural de humanos, Él va a poner en nosotros la visión correcta. Sí mis amados, esa visión transformadora que nos da propósito, que nos inspira y que al estar conectada con Él nos va a dar la victoria, tal como en los primeros tiempos se la dio a Noé, que al recibir la visión de Jehová para construir el arca, optó por obedecer y lo que luego pasó, ya lo conocemos; porque Dios no te va a preguntar cuánto tienes para construir tu arca, Él va a mirar es tu confianza, tu obediencia «y él te ayudará en todo».
Solo debemos ser obedientes a su Palabra, porque el mismo Dios que te dio la visión, también está preparando todo el camino!
La confianza y la obediencia van primero, la provisión va después; Él da una palabra; pero muchas veces contradecimos esa palabra por lo que sentimos, por lo que vemos o escuchamos; pero Dios, que si conoce todo tu potencial, solo te pide que te actives, que marques el primer paso, porque Él ya tiene a las personas correctas para que todo fluya a tu favor; y así como lo hizo con Moisés, en su propósito para liberar a Israel y llevarlos a la tierra prometida, muestra que cuando nos manda a algo es porque va a proveer lo que sea necesario.
“Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no”. (Éxodo 16:4).
Amados, no tengan miedo; comenzar es difícil y más en estos tiempos turbulentos del mundo; pero asume, que la visión que Dios te ha dado no es de este mundo; es una visión del Reino y por lo tanto, la provisión asignada ya está refrendada por el Rey de Reyes. El enemigo tratará de llenarte de vacilaciones, de inseguridades; en fin, de incertidumbres; pero tómalo por hecho de que Dios se glorificará en tu incertidumbre. ¡Dios no deja nada a medias!
Querido hermano, si Dios te dio una visión, deja de dar vueltas en el mismo sitio. Recuerda que cuando Dios te presenta una oportunidad, es porque Él ya tiene un suministro en mente; si te está dando la oportunidad de crecer, también te capacitará para encontrar el personal idóneo y los recursos necesarios para hacer que la visión suceda ¡Si dios da la visión, también da la provisión!
Querido amigo, hay una gran provisión que pudiera estar retenida esperando por tu acercamiento al Dios que provee, depende de ti.
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:19).
¡Bendiciones para todos!
Si Dios da la visión, también da la provisión
