NARCISO TORREALBA /
*“Más vale un minuto de vida franca
y sincera que cien años de hipocresía”.
Ganivet…
Los métodos para dividir son lanzados al comienzo a manera de ensayo, y de acuerdo al resultado los repiten o sencillamente cambian de programación o libreto y por eso no es simple casualidad, que un comprobado fascista, como es Oscar Heck, exprese en repetidas oportunidades elogios al comandante Chávez, de tal manera, que parece haber pertenecido a las filas del proceso bolivariano y quien no sepa de sus andanzas propias de un perfecto bandolero sin nada que envidiarle a un mercenario yanqui, caen mansamente en sus prédicas al mejor estilo de un Benjamín Netanyahu, para después volcar su verborrea de veneno en contra del presidente Nicolás Maduro, como está haciendo desesperadamente en este momento.
El imperialismo se vale de cualquier artimaña, para penetrar en la conciencia de los pueblos, desgraciadamente una de ellas es aplicar acciones perversas para rendirlos por hambre, y la prueba más repugnante y vergonzosa es lo que está sucediendo en estos momentos en la franja de Gaza, el cual ha generado airadas y justificadas protestas en todo el mundo, pero parece más que imposible detener esa barbarie, el cual defienden abiertamente los más arrastrados y degenerados, empezando por el presidente de Argentina, Javier Milei y Daniel Noboa del Ecuador, porque algunos de ellos, conocidos proyanquis se mantienen en un profundo silencio, caso Bukele y el propio Gabriel Boric.
En Venezuela, con su valiente presidente Nicolás Maduro, han querido aplicar el mismo formato, desde el mismo día del fallecimiento del comandante Chávez, con miles de ataques por todas partes, pasando por un golpe de estado del cual todos sus ejecutores se lavaron las manos, empezando por el gobierno de los Estados Unidos de aquel entonces. Al fracasar en sus primeros intentos por la vía de la violencia –las guarimbas– arreciaron de manera camuflada buscando la división y de qué manera. Los elogios al comandante Chávez de manera hipócrita se multiplicaron por todas partes, incluso por aquellos, que ayer lo maldecían, para luego justificar el huracán de ataques al presidente Maduro, haciendo una comparación entre estos dos pilares fundamentales del proceso, pero en etapas totalmente diferentes en cuanto a las crisis del capitalismo salvaje y el imperialismo.
Por esa vía empezó la migración de altos dirigentes, para justificar sus saltos de talanquera, o lo que en el diccionario se conoce, como tránsfuga; ya que, se engancharon de cualquier circunstancia para dar el viraje sin importarles absolutamente nada y el caso del economista Rodrigo Cabezas, es para poner de cabeza a los que estuvieron a su lado y se mantienen defendiendo a la patria, porque llegar a la cobarde posición de acompañar a Guaidó, es como para creer en espantos y aparecidos. De estos brincones tenemos bastantes, sin nada que envidiarle a la exgobernadora de Portuguesa, Antonia Muñoz, a quien el comandante Chávez, elevó con aquella expresión ¡La negra la conozco, como si la hubiera parido! pero después de muerto salió con el mismo cuento de los traidores, sin arrugársele la cara.
La expresión ¡Chávez era Chávez! con el único propósito de cuestionar al presidente Maduro, se ha venido apagando producto de los hechos recientes, ya que, el teatro de operaciones montado en el mar caribe por parte del gobierno de Trump, no es ciencia ficción, ni una exhibición para turistas; el criminal ataque a una embarcación con 11 muertos, sin culpables, le ha abierto los ojos a mucha gente, que seguían creyendo en la bondad del gobierno de Trump y por contrario maldecían a Maduro, pero la realidad nos demuestra y ponen a cada quien en lo más alto del mirador para que aprenda a distinguir el bien del mal. Cualquier beneficio implementado por el gobierno en bien del pueblo, rápido Trump y sus malévolos asesores, le ponen una tranca, para enardecer al pueblo y de ahí nutrir las aspiraciones de la oposición venezolana –María Corina Machado– y por supuesto la entrega de las riquezas naturales al imperialismo.
En la época de los raspadores de tarjeta en el exterior, Chávez era tan bueno, como un dios y así pasaba con la pensión del seguro social; conozco a uno, que pasaba el mes echándose las frías en una venta de licores y después pagaba con la asignación mensual. Una señora, que de chavista no tenía nada, le escuché decir ¡En verdad esta pensión resuelve! Estos beneficios se fueron esfumando de la noche a la mañana por la guillotina que tenemos incrustada en la economía venezolana: el dólar, pero de esto no hablan absolutamente nada, los que siguen cuestionando y culpando al presidente Maduro de todos los problemas, que está sufriendo el pueblo. Muchos de estos personajes en el giro que emprendieron se están dando la mano, con la inhabilitada María Corina Machado y el cobarde de Oscar Heck, un perfecto títere del imperialismo, quien inventa cualquier historieta para mantenerse en la opinión pública. Por eso, hoy más que nunca.
¡LEALES SIEMPRE, TRAIDORES NUNCA! ¡CON MADURO HASTA EL INFINITO!
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