***“El dinero siempre está ahí,
sólo cambian los bolsillos”
Gertrude Stein…
La cantidad de “economistas” opinando descaradamente en favor del dólar, se ha convertido en el nuevo ejército del gobierno de los Estados Unidos para seguir minando la resistencia del presidente Nicolás Maduro. Todo se mueve en base a la moneda estadounidense, y a pesar de las intenciones del gobierno en detener la inflación, por el otro lado el enemigo con un simple toque tecnológico a través de una página, ha venido acelerando el precio de los verdolagas con relación al bolívar, acentuando la desvalorización de nuestra moneda.
El mecanismo para efectuar tan criminal acción, es precisamente las redes. No necesitan de invasión ni utilizar pólvora mal gastada, con solo poner a vociferar a los bobos MADE IN USA les basta. Desde el mismo momento de haber fracasado con el golpe de Estado del 2002, arreciaron los ensayos en contra del gobierno venezolano, pero a la vez la resistencia no se hizo esperar. Hacen olvidar todo a través del poder mediático, hasta sumar en sus macabros intentos a personajes, que dejan a un lado al verdadero enemigo –el imperialismo– para integrarse al coro de voces muy bien dirigidos.
La dolarización ha buscado en nuestro país, lo que han perdido los gobiernos estadounidenses en otros países, imponer su hegemonía de manera abierta y descarada con un toque de sutileza. Al principio veíamos a humildes pobladores muy risueños con los dólares. Los agarraban y al ir de compra les parecía que les rendía. Ahora, lo que les rinde es la chilladera, porque se evaporan de la nada y vemos que las cosas más insignificantes cuesten 5 dólares, ya que, es raro conseguir algo con el precio de un dólar.
Sí, todo está dolarizado, por el otro lado nos conseguimos el otro clavo caliente: los comerciantes inescrupulosos sin ningún sentido de patria. Viven y se ganan los dólares aquí, pero la mente la tienen en los Estados Unidos. El punto electrónico o como lo quieran llamar, ha solventado muchos problemas en las relaciones comerciales, pero también se ha convertido en la trampa para cazar al que no se avispe o no tenga la capacidad para hacer la transacción de dólares a bolívares tomando como referencia la página del BCV, a pesar, que es raro el comprado sin un celular, pero lo usan para todo, menos para aprovechar la tecnología.
Por el otro lado la fiscalización es casi nula, dándole rienda suelta a los comerciantes para montar la trampa. Hemos llegado a una etapa, donde el ataque es despiadado y todo es precisamente por la dolarización, a pesar de todos los esfuerzos del gobierno por estimular el movimiento de la moneda venezolana. Pasar la tarjeta por el punto, es caer en la estafa representada por la página paralela a la del BCV, despertando nuevamente la pregunta de la mayoría de los venezolanos, cuando se dan cuenta que los pescaron ¿Quién maneja esa página? ¡vaya usted a saber! Dijera un amigo quien disfruta la vejez, ya que labora en un taller al lado de un hijo, dos nietos y de paso le llevan los bisnietos ¡Menos mal que ahora se paga con dólares o la tarjeta, porque de lo contrario hay que llevar una maleta de billetes para comprar un kilo de café!
NARCISO TORREALBA
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