A pesar de las críticas, canciller alemán Olaf Scholz visita China con la agenda económica como protagonista

BEIJING.- Es la primera visita oficial de un líder del G7 a la República Popular de China desde que inició la pandemia de coronavirus. El canciller de Alemania, Olaf Scholz, llegará a Beijing para una rápida visita en la que se reunirá con el presidente chino Xi Jinping. Un encuentro que no les agrada a algunos miembros de la coalición política de centro izquierda que respalda a Scholz. Ni a la opinión pública en Alemania, porque temen que el encuentro se pueda traducir en una mayor dependencia de la segunda economía más grande del mundo. 

Sin embargo, Olaf Scholz ha salido al paso de las críticas y justifica su visita a China porque asegura que el encuentro tiene como principal objetivo buscar el apoyo de Beijing en la condena a Rusia por la guerra en Ucrania. Además, Scholz insiste que es consciente del riesgo y la competencia comercial que representa China, no sólo para Alemania, sino para la Unión Europea (UE), bloque comunitario que el canciller busca representar en la visita. 

Miembros del gobierno alemán, como la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, han sido claros al desconfiar de China y en el marco de la visita del canciller han expresado la importancia de no depender de un país que “no comparte los mismos valores de Alemania”. Pero Olaf Scholz está tratando de jugar al equilibrista e inclinar la balanza en que actualmente pesa más el vínculo comercial con el gigante asiático. 

“No queremos desvincularnos de China, pero no podemos depender demasiado”. Así tituló Olaf Scholz su columna de opinión en el medio Politico Europe, un hecho inusual en la política reciente alemana. En ella defiende su visita a China con argumentos que se basan en los últimos acontecimientos que moldean la relación de Beijing con Occidente. Un punto de inflexión claro en esta relación es el XX Congreso del Partido Comunista Chino celebrado el pasado 15 de octubre. 

Para Scholz, este congreso evidenció el nuevo rumbo de China bajo el tercer mandato de Xi Jinping, el líder chino más poderoso desde Mao Zedong, y que ha terminado de catapultar a la República Popular de China como potencia global que exige una participación activa en las decisiones mundiales. El canciller alemán afirma que “la China de hoy no es la misma que la China de hace cinco o diez años”, y por lo tanto el trato de Berlín hacia Beijing debe cambiar, según Scholz. 

La seguridad y la autonomía nacional son temas sensibles para el gigante asiático en su agenda para los siguientes cinco años, lo que preocupa a Alemania sobre una potencial política agresiva de China hacia Taiwán. Sin embargo, el tema central de la visita diplomática alemana a China es la economía. Lo que genera críticas por parte de organizaciones de derechos humanos, que instan a Scholz a hablar sobre los presos políticos o la situación de la minoría musulmana uigur en la provincia de Xinjiang. 

La agenda económica como protagonista 

Alemania intenta aprender de los errores del pasado. El canciller Olaf Scholz quiere evitar una dependencia a China similar a la que tenía su país con la Federación Rusa en materia energética antes de la invasión a Ucrania. Pero disminuir los vínculos comerciales entre Berlín y Beijing es complicado. Este año, la inversión alemana en China alcanzó una cifra récord de 10.000 millones de euros y empresas reconocidas, como Volkswagen, tienen inversiones de casi el 50% en el país asiático. 

La economía es tan importante en esta visita que, junto al canciller Scholz, viajará una delegación de líderes empresariales, incluidos los directores ejecutivos de Volkswagen, BMW y Siemens. Empresas alemanas preocupadas por los altos niveles de inflación, que han llegado incluso al 10%. 

El déficit comercial de Alemania con China ronda los 41 mil millones de euros producto de una relación de más de cinco años que impulsó la excanciller, Angela Merkel, en la que China se convirtió en el mayor socio comercial de Alemania con volúmenes que superaron los 245.000 millones de euros. 

Esta dependencia económica no es exclusiva de Alemania, también de la Unión Europea. Bruselas aumentó significativamente su relación con China en 2021 luego de superar los peores meses de la pandemia. China es el principal socio de importación del bloque europeo y el tercer destino de exportación de maquinaria y vehículos, productos químicos y otros productos manufacturados. 

Visita bajo supervisión estadounidense 

Olaf Scholz “está probando las aguas de la relación entre China y Alemania, Europa, incluso Occidente. Si esta visita tiene éxito, Macron vendrá un mes después”, dijo Wang Yiwei, director del Centro de Estudios Europeos de la Universidad Renmin, a Reuters. 

Justamente el presidente francés, Emmanuel Macron, le habría propuesto a Scholz que viajaran juntos a China para mostrar la unidad de la UE, pero el canciller se habría negado, según fuentes del gobierno alemán. 

El principal opositor a esta visita es Estados Unidos, que se muestra vigilante de los pasos del gobierno alemán y ya ha reprochado tratados económicos entre Scholz y Xi como el Acuerdo Portuario de Hamburgo, principal puerto de Alemania, que sería adquirido casi en su totalidad por Beijing. A última hora, Berlín reculó y propone la adquisición de poco más del 50% del puerto. 

Esta intromisión de la Casa Blanca en las relaciones sino-alemanas hizo reaccionar a China a través de su portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, quien afirmó que “la interferencia de Estados Unidos es síntoma de su práctica de diplomacia coercitiva”. 

Entretanto, Olaf Scholz sin querer ofuscar ni a China ni a un aliado militar y también económico como Estados Unidos dice que la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de la Casa Blanca enfatiza acertadamente en el objetivo de prevenir una nueva confrontación entre bloques opuestos. De esta manera, Scholz busca justificar su acercamiento con China. Y además el canciller aclara que mientras se encuentra en Beijing, el presidente federal de Alemania estará en Japón y Corea. 

Reuters/

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