MADRID.- Situado entre el esófago y el estómago de nuestro cuerpo encontramos el esfínter esofágico inferior, un músculo circular cuya función es abrirse para que el bolo alimenticio pase al estómago y cerrarse para evitar que las secreciones ácidas y el contenido del estómago vayan hacia arriba, en este caso, hacia el esófago, que es el tubo que conecta la boca y el estómago.
Sin embargo, cuando el esfínter se abre con demasiada frecuencia, el ácido del estómago sube varias veces hacia el esófago, por lo que es entonces cuando aparece el reflujo, explican desde la Clínica Universidad de Navarra (CUN).
El reflujo es una patología que causa malestar en el organismo. Concretamente provoca una sensación de ardor o quemazón en el estómago que puede ascender incluso a la garganta. Además, también pueden provocar náuseas, vómitos, tos, mal aliento e incluso dolor de garganta.
Mayormente conocido como acidez estomacal, este proceso en el que el ácido retrocede puede causar una irritación en el revestimiento del esófago.
Los expertos de la Clínica Mayo señalan que hay muchas personas que, alguna vez en sus vidas, presentan reflujo, pero si el problema se repite con frecuencia, puede provocar una patología conocida como reflujo gastroesofágico.
Las personas que padecen reflujo gastroesofágico deben controlar sus síntomas y el malestar que causa la enfermedad realizando cambios en el estilo de vida, e incluso tomando medicamentos.
En algunas ocasiones, aunque de forma muy puntual, hay personas que pueden llegar a necesitar una cirugía.
¿Qué debemos hacer para evitar el reflujo?
Generalmente, sufrir síntomas comunes del reflujo más de dos veces a la semana puede significar que padeces reflujo gastroesofágico.
En ese caso, es necesario tratarlo para que no derive en problemas más serios. Por lo general, para evitar el reflujo, los médicos recomiendan realizar cambios en el estilo de vida que logren mejorar los síntomas.
Desde el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIH, por sus siglas en inglés), proponen diez consejos para combatir el reflujo:
Evitar acostarse después de las comidas, por lo menos hasta que hayan pasado unas 2 horas desde la ingesta.
Elevar la cabecera de la cama unos 10-15 cm.
No colocar almohadas para flexionar el cuello, sino elevar todo el tronco superior.
No usar prendas ajustadas y acostumbrarse a vestir con ropa holgada.
No realizar comidas demasiado abundantes.
Perder peso si es necesario y evitar el sobrepeso.
Eliminar o reducir el consumo de tabaco y alcohol.
Evitar las comidas y bebidas que disminuyen el tono del esfínter esofágico inferior, como bebidas gaseosas y comidas condimentadas, grasosas o ácidas.
Evitar agacharse o hacer ejercicio inmediatamente después de haber comido.
Reducir todo aquello que pueda causar estrés.
¿Cuáles son las principales causas del reflujo?
La causa frecuente que provoca reflujo gastroesofágico es el reflujo ácido con frecuencia o el reflujo de contenido no ácido del estómago.
Este efecto puede producirse al consumir algunos alimentos que pueden tener un efecto irritante sobre la mucosa gástrica, como las grasas, los fritos, las salsas, el café, el té, el chocolate, la menta, el ajo, la cebolla, los frutos secos, las bebidas gaseosas, los cítricos, las comidas picantes, los zumos, o las bebidas de cola. También pueden derivar de un consumo excesivo de tabaco y alcohol.
Es importante saber que el reflujo gastroesofágico es una enfermedad que puede afectar a todo el mundo, incluso a bebés y niños.
Además de ser una patología incómoda, con el tiempo, puede resultar peligrosa. Por ello, si padeces reflujo, es importante combatirlo cambiando tu estilo de vida y adoptando pautas más saludables, e incluso visitar a un médico si es necesario.
Si no se trata, la enfermedad por reflujo gastresofágico puede llegar a provocar una estenosis esofágica o un esófago de Barrett, que puede derivar en un cáncer de esófago.
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