Muere a los 96 años el expresidente chino Jiang Zemin, clave en la apertura económica del país

BEIJING.- Jiang Zemin, el hombre que llegó al poder en China tras la crisis de Tiananmen murió a los 96 años de edad.

Los medios estatales informaron que el expresidente falleció el miércoles 29 de noviembre en su ciudad natal de Shanghái, tras padecer leucemia y sufrir una falla orgánica múltiple.

«La muerte del camarada Jiang Zemin es una pérdida incalculable para nuestro partido, nuestro Ejército y nuestra gente de todos los grupos étnicos», señaló una carta emitida por el gobernante Partido Comunista.

El exmandatario llevaba tiempo sin hacer apariciones públicas debido a su enfermedad, la última registrada fue el 1 de octubre de 2019 cuando asistió, como uno de los más altos veteranos del único movimiento político que controla el país, al 70 aniversario de la fundación de la República Popular China.

Pero su ausencia el pasado octubre en el trascendental congreso del Partido Comunista ya elevaba los rumores sobre el posible deterioro de su estado de salud.

Zemin, clave en la apertura económica china

Ingeniero electrónico de profesión que en su juventud se desempeñó en la industria automotriz de su país, Zemin dirigió posteriormente el Partido Comunista en su natal Shanghái.

Salió del desconocimiento nacional cuando ascendió como secretario general del Partido Comunista, cargo que ejerce quien dirige la nación y al que llegó justo después de la sangrienta represión en la Plaza de Tiananmen, en 1989. Un capítulo oscuro de la historia china en el que fue reprimido brutalmente un movimiento estudiantil de protesta.

No obstante, Jiang Zemin sacó al país de su posterior aislamiento diplomático, reparando las relaciones con Estados Unidos y liderando un auge económico sin precedentes.

El entonces mandatario vio a China a través de un resurgimiento de las reformas orientadas al mercado, el regreso de Hong Kong del dominio británico en 1997 y la entrada de Beijing en la Organización Mundial del Comercio en 2001.

Mientras China se abría al exterior, el gobierno de Jiang eliminó la disidencia en su propio territorio. Encarceló a activistas de derechos humanos, laborales y prodemocráticos y prohibió el movimiento espiritual Falun Gong, al que consideraba una amenaza para el monopolio del poder del Partido Comunista.

Reuters/ EFE/

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