Más de un millón de especies animales están en peligro y sin ayuda para su supervivencia

MADRID.- Cada 17 de enero se celebra el Día de San Antón, patrón de los animales y fecha en la que tiene lugar la tradición de bendecirlos y de pedir protección divina para ellos, pero, según la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad IPBES, existe más de un millón de especies que están en peligro de extinción y que carecen de cualquier tipo de ayuda para su supervivencia.

De acuerdo a los estudios presentados en 2019 por la Plataforma Intergubernamental Científico normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas, en torno a un millón de especies animales estarán en peligro de extinción en los próximos años.

Para paliar en parte ese peligro, en el marco de la Conferencia de Diversidad Biológica de la ONU (COP15), en diciembre pasado, en Canadá, se aprobó la protección del 30 % de espacios naturales a nivel terrestre, marino y de agua dulce, hasta 2030.

«Un compromiso que incluye asimismo la reducción del 30 % de las amenazas para las especies y objetivos de restauración de ecosistemas», por lo que el acuerdo «no se queda solo en la conservación de lo que existe, sino en recuperar el 30 % de los ecosistemas degradados», ha explicado a EFE la responsable del Programa de Especies de la organización ecologista WWF España, Laura Moreno.

Según Moreno, la restauración del 30 % de los ecosistemas degradados es un objetivo «un poco más vago, porque no existe una línea de base fiable», por lo que no se sabe si se habla de «un 30 % de muy poquito o de un 30 % de mucho»

Y aunque los resultados de la reunión de Canadá fueron satisfactorios por «los objetivos de conservación y restauración y con la ambición para la protección de especies», según la técnico de WWF, hubo falta de ambición para la reducción de la huella de producción y consumo», porque al final «no basta con proteger hábitats y especies en áreas protegidas».

«Hay que hacer mucho para transformar la economía, esos modelos de producción y consumo, que son los que al final están afectando a la biodiversidad», ha apuntado Moreno, y en ese sentido ha echado en falta una «mayor ambición».

Con miras a 2030, ha explicado, que en el ámbito de la biodiversidad, «Europa tiene una estrategia bastante ambiciosa», y ha recordado que en España se aprobó en diciembre el Plan Estratégico de Patrimonio Natural y Biodiversidad 2030, «que está alineado con la estrategia europea de biodiversidad así como con el Global Biodiversity Framework (Marco Global de la Biodiversidad) de la Convención de Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés)».

No obstante, ha subrayado que aunque el Plan «va bastante alineado en cuanto a objetivos y es más ambicioso que el anterior en muchos aspectos», tomando en cuenta la crisis ambiental actual, «siguen faltando ambición y credibilidad», resultando muchos compromisos «un poco vagos en cuanto a la concreción de medidas, objetivos y fechas de puesta en marcha, y con un lenguaje muy ambiguo».

«El Plan refleja muy bien la realidad, hace un diagnóstico bastante completo, hace referencia a especies amenazadas, tendencias, estado de los hábitats y todo, y en ese sentido está bien reconocerlo, pero el siguiente paso es actuar y ahí notamos que le falta ambición».

En cuanto al presupuesto, con respecto al anterior, al Plan estratégico «le sigue faltando mucho detalle, no es un presupuesto desglosado, con un cronograma exacto, es un poco como una hoja de ruta de acciones que va a hacer el Ministerio».

Existe además «una falta de integración de las políticas ambientales en el resto de políticas de Gobierno, como en agricultura, aguas, entre otras, y cómo se va a influir», porque, ha subrayado, «puede haber mucha preocupación en las políticas de conservación de una especie o en el plan de conservación de un espacio, pero se requiere «mucho más trabajo en el cambio de pautas de producción y consumo».

«La naturaleza es de todos», recuerda, «pero todos la ven como una cuestión del ministerio de Medio Ambiente de cada país y así no se puede avanzar» en la protección de la biodiversidad.

En relación a la protección de las mascotas, ha recordado que «no son juguetes», y ha demandado la «tenencia responsable de animales, porque algunos pueden estar prohibidos por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) o convertirse en especies exóticas invasoras» si se abandonan. /EFE

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