Al salario mínimo lo pulverizó el saqueo, no las sanciones

Durante los 14 años que gobernó el extinto presidente Hugo Chávez, Venezuela recibió más 960 mil millones de dólares por rentas petroleras. La cantidad de dinero más grande manejada por un gobernante en toda la historia de nuestro país.

Todo ese caudal de dinero, fue utilizado para financiar el proyecto socialista bolivariano. Chávez se propuso comprar solidaridades en el mundo y regaló a Cuba, petróleo, trajo un contingente de médicos de la isla, con sueldos exorbitantes, que triplicaron a los que devengaban los médicos venezolanos, construyó a fondo pérdido (regaló) viviendas, construyó autopistas y compró deuda, en Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba, además de financiar campañas electorales en medio continente. Es decir, regaló a otros países gran parte del dinero que hoy nos hace falta.

En lo interno, Chávez siguió la irresponsable parranda con la creación de CADIVI, el ente más corrupto del que jamás se tenga registro. Se le otorgaron miles de millones de dólares preferenciales a empresas fantasmas, cercanas al entorno gubernamental para legalizar el saqueo.

Proyectos de grandes obras como el ferrocarril fueron solo la excusa para robarse todo lo que quedaba.

Apenas comenzó a caer el precio del petróleo en los mercados internacionales, se sintieron los efectos de aquel desastre ocasionado por el comandante supremo de la revolución.

960 mil millones de dólares dilapidados por un montón de corruptos y un insigne ególatra. Una desgracia que nos pesará por mucho tiempo.

En los 10 años de Maduro en el poder, el gobierno de los Estados Unidos, ha impuesto sanciones a nuestro país y a funcionarios venezolanos, por estar incursos en supuestos casos de narcotrafico, lavado de activos, crímenes contra los derechos humanos y, sobre todo, por corrupción. Sin embargo, en Venezuela, los únicos acusados son los desertores del Chavismo, mientras los que siguen apoyando la dictadura, gozan de plena impunidad.

El presidente ha dicho en innumerables ocasiones que las sanciones son las causantes de la asfixia económica del país, pero por ninguna parte se habla, del dinero que se han robado durante todos estos años.

No son las sanciones lo que han acabado con nuestra economía, es el saqueo al que ha sido sometido nuestro país el causante de nuestra pobreza. No sigan pretendiendo imponerle a la población un salario de miseria de apenas 7 dólares al mes, mientras los saqueadores se dan la gran vida.

No sean de tan poca moral y dejen la chilladera por las multitudinarias manifestaciones de los docentes y de los empleados públicos, que sólo luchan por su sobrevivencia y la de sus familias.

El pueblo está cansado y como dijo alguien por ahí; «si el pueblo no tiene paz, el gobierno tampoco».

Froilán Sánchez

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