Biden llega en visita sorpresa a Kiev a reunirse con Zelenski y anuncia nuevo envío de ayuda militar a Ucrania

KIEV.- El presidente estadounidense, Joe Biden, llegó este lunes 20 de febrero a Kiev en un viaje sorpresa, no registrado en la agenda que publica la Casa Blanca. El mandatario fue recibido por su homólogo ucraniano Volodímir Zelenski. Tras el encuentro, las autoridades de EE. UU. revelaron los detalles del viaje más riesgoso de Biden durante su mandato y del primero en 15 años de un presidente estadounidense a la capital ucraniana.

Daba la imagen de un paseo cotidiano. Una plaza vacía, un día soleado y dos hombres caminando tranquilamente por el centro de Kiev. Pero se trató de un encuentro inédito. Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, visitó la capital ucraniana y se encontró con su homólogo, Volodímir Zelenski.

Solo los restos de tanques de guerra rusos y otros vehículos blindados destruidos en la guerra delataban lo poco convencional del encuentro: por primera vez en la historia moderna, un presidente estadounidense visitaba una zona de guerra. 

Una viaje cargado de significado. Biden llegó a Ucrania a pocos días de cumplirse un año de la invasión rusa del país, que se cumple el próximo 24 de febrero. La presencia del mandatario parecía mandar un mensaje: el apoyo de Washington a Kiev continúa y está fortalecido. 

«Es la visita más importante en toda la historia de las relaciones entre Ucrania y Estados Unidos», aseguró el propio Zelenski. Y la primera en 15 años. 

Un encuentro que más allá de lo simbólico, también derivó en el anuncio de 500 millones de dólares en ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania.

Una visita sorpresiva

La presencia de Biden fue sorpresiva. Su llegada no había sido anunciada a los periodistas. Y las fotografías del presidente estadounidense en Kiev comenzaron a circular horas después de que pisara suelo ucraniano. 

Casi como una contradicción, las que sí estaban notificadas eran las autoridades rusas. Según funcionarios de Moscú y Washington, el viaje de Biden había sido anunciado al Kremlin para evitar el riesgo de un posible ataque a Kiev. 

A pesar de ello, su llegada a territorio ucraniano había significado un enorme esfuerzo logístico, de incluso meses. Según el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, “requirió un esfuerzo de seguridad, operativo y logístico por parte de profesionales de todo el Gobierno de EE.UU. para tomar lo que era una empresa inherentemente arriesgada y convertirla en un riesgo manejable”. 

Desde el año pasado, Biden había manifestado su deseo de llegar a Kiev para reiterarle su apoyo a Zelenski cara a cara. Una aspiración que había sido puesta en suspense y que solo había obtenido el visto bueno del presidente el viernes pasado. 

Un recorrido ‘hollywoodiense’

El viaje de Biden ya era todo un desafío: más aún mantenerlo bajo confidencialidad. Los detalles del recorrido fueron compartidos después de la reunión de los dos mandatarios. 

Biden dejó la Casa Blanca alrededor de las 3:30 de la madrugada (hora local) del domingo. El presidente salió en la oscuridad en un avión C-32 de las Fuerzas Aéreas, un Boeing 757 modificado que, tal como asegura AP, “se utiliza para viajes nacionales a aeropuertos más pequeños”. 

El avión en el que se dirigió al viejo continente llevaba el distintivo ‘SAMo6o’ y salió de la Base de la Fuerza Aérea Andrews. 

Biden y su equipo hicieron una pequeña parada en Alemania para tanquear la aeronave. Después despegó hacia Polonia. El presidente llegó a Rzeszow, al sureste del país. Un lugar que ha servido de entrada para el armamento occidental a Ucrania y también para sus visitantes de alto nivel. 

Diez horas en tren separaban a Biden de Kiev. A las 8 de la mañana (hora local) del lunes el presidente pisó la capital ucraniana. Allí fue recibido por la embajadora Bridget Brink y se dirigió a la residencia del presidente ucraniano, el Palacio Mariinsky.

Las autoridades de Kiev adecuaron la ciudad para recibirlo acordonando varias calles principales. Unos preparativos que cortaron el constante flujo de personas en el centro de la ciudad y que dejaron una plaza asolada para el recorrido de los mandatarios. 

Biden y Zelenski decidieron entrar incluso a la catedral de San Miguel. “Entremos y echemos un vistazo”, propuso Biden. 

El silencio en el que caminaban los jefes de Estado se vio interrumpido por las alarmas antiaéreas que sonaron a las 11:34 cuando salieron del recinto. Un recordatorio de la guerra que pareció no turbar a los presidentes.

La visita duró poco. Biden se desplazó este mismo lunes a Polonia. Allí el presidente pronunciará un esperado discurso este martes, en simultáneo al discurso sobre el estado de la nación que pronunciará en Moscú su homólogo Vladimir Putin.

Un recorrido cargado de riesgos

Entre los pormenores del viaje a Ucrania, las fuerzas estadounidenses resaltaron los riesgos de seguridad. 

El ejército de EE. UU. no tiene presencia en Ucrania. Solo un pequeño grupo que custodia la embajada en Kiev. Una realidad que complicaba el desplazamiento con respecto al de otros presidentes a zonas de guerra.

Tal como lo muestra AP, Biden viajó “con un séquito mucho más pequeño de lo habitual”. En compañía de solo dos periodistas, cuando sus recorridos suelen estar acompañados por una docena. Todos sus dispositivos electrónicos fueron apagados y entregados a la Casa Blanca durante el viaje a Ucrania. 

Muchos eran los riesgos pero hasta los detalles más pequeños parecían estar bajo control. Incluso desde el espacio. La visita de Biden estaba siendo vigilada por el radar aerotransportado E-3 Sentry y un avión electrónico RC-135W Rivet Joint.

Reuters/ AP/

Entradas relacionadas