Pedro Galdón.- El movimiento estudiantil de la Universidad Politécnica Territorial del Estado Portuguesa “J. J. Montilla” (UPTPJJM) denunció en una asamblea efectuada la mañana de este lunes 10 de abril que las instalaciones de su casa de estudios se encuentran en pésimas condiciones a causa de la mala gestión de sus directivos, organizaciones afines y de la Alcaldía del Municipio Páez y la Gobernación; y exigió a las autoridades a tomar cartas en el asunto.
Dos de los dirigentes del movimiento, Jhon Tivanqué y Brahian Parra, manifestaron que esta institución, que describieron como una otrora “potencia a nivel estadal y nacional” en materia de educación, actualmente carece de espacios dignos y funcionales para la impartición de clases y la estancia de sus receptores, y de vehículos para el transporte de alumnos y empleados, de los servicios de agua potable y electricidad; de alumbrado, y de un considerable personal de mantenimiento y seguridad para el cuidado y protección de su patrimonio; y que, a pesar de ser la sede principal de esta universidad, es, con creces, la que en peor estado se encuentra.
Con relación a los salones de clases, señalaron que casi todos adolecen de luminarias y electricidad y no están aptos para ser utilizados, y que los estudiantes de ciertas carreras, como ingeniería agroalimentaria, deben pedir prestados los salones operativos consagrados a otros cursos o, en su defecto, en las mesas y bancos de los espacios públicos de la institución.

Con respecto a los laboratorios y talleres, Tivanqué y Parra indicaron que están inoperativos, clausurados y, en algunos casos, en estado de abandono, por la falta de equipos, insumos e implementos, muchos de ellos sustraídos por hampones y empleados universitarios; la ausencia de suministro de agua, resultante de la inhabilitación de la bomba que dotaba del vital líquido al ente, y de energía eléctrica; y el desinterés de los directivos y las organizaciones intra-institucionales en avocarse a su restauración y protección.


Aseveraron que los baños también están sumidos en la suciedad y hediondez por el problema hidrológico de la universidad, lo cual ha constreñido a sus usuarios a hacer sus necesidades entre la maleza que rodea a sus edificaciones; y que el comedor “de lujo” que poseía la universidad fue saqueado y abandonado durante los meses de cuarentena por el COVID-19.





En cuanto al estado de los vehículos de transporte de la UPTPJJM, expresaron que nueve de sus doce autobuses y su automóvil “protocolario” están averiados y apostados en su estacionamiento, algunos de ellos sin motor ni cauchos, junto a un grupo de carros en condiciones similares ajenos a la institución y cuya procedencia les es desconocida.





Igualmente, los dirigentes estudiantiles dijeron que la falta de alumbrado, los altos índices de deserción laboral entre el personal de mantenimiento y el de seguridad y la carestía de equipos y de trabajadores en cada uno de estos grupos han hecho que la efectuación de estas labores no cosechen buenos réditos o sean completamente vanas. Destacaron que los cuatro vigilantes de la institución no poseen los medios ni las armas para hacerle frente a los hampones que irrumpen en las instalaciones, y se ven obligados a llamar a la policía para que los enfrenten en su lugar.
También, sostuvieron que la unidad de producción que la universidad posee en Mijagüito está “desfalcada” totalmente y que, a pesar de que ha sido alquilada a empresas privadas, no le ha dado “un mayor beneficio» a su propietaria.



Tocante a las autoridades académicas, Tivanqué afirmó que no se han preocupado realmente en buscar soluciones, y que su gestión ha estado signada, otrosí, por la opacidad, de la cual aún no han presentado a los estudiantes su respectiva “memoria y cuenta”.
Los denunciantes mencionaron que, pese a la denostable situación en la que se encuentra su futura alma máter y al conocimiento que tiene el Estado de la misma, los gobiernos municipal y estadal aún no han intervenido en pro de su mejoramiento.
En consecuencia, hicieron un llamado a las autoridades académicas y a las gubernamentales a que respondan satisfactoriamente sus demandas reivindicativas y, en el caso de las segundas, a que, además, visiten las instalaciones para que puedan constatar estas cosas; y declararon que, si estas deciden ignorar su clamor, protestarán e «irán con todo», hasta que sus reclamos sean concedidos.