CARACAS.- Desde el año pasado Martín Pérez ha dado mucho de qué hablar; el zurdo de Guanare experimenta una metamorfosis evidente que le ha permitido lanzar mucho mejor, respecto a sus 10 primeras temporadas en el máximo nivel de la pelota.
Previo a 2021 acumuló 4.71 en promedio de carreras limpias permitidas, con 1.48 de whip, ERA+ de 96 (lo que implica que fue 4% inferior al promedio de sus colegas monticulistas), además de 10 en promedio de imparables permitidos por cada 9 entradas, con 6 ponches por cada 9, 3.3 bases por bolas y 1.1 jonrones en contra.
Pero más sabe el Diablo por viejo que por Diablo, reza el ancestral refrán, y esto aplica perfectamente en Pérez.
2022 marcó su regreso a los Rangers de Texas, cuyo feudo de reciente estreno, el Globe Life Field, es terreno fértil para la abundancia de batazos, sin embargo, esa realidad la ha sabido dominar de un modo sobresaliente, al punto que ha cosechado las mejores estadísticas de su carrera.
Martín concluyó el calendario precedente con 2.89 de efectividad, 1.44 en whip, ERA+ de 136, 8.2 indiscutibles en contra por cada 9 innings, 7.7 abanicados, 3.2 boletos y 0.5 cuadrangulares cedidos lanzando mayormente en el citado estadio; ¿se aprecia el contraste de esos números en comparación a su performances anterior?
Y como para demostrar que nada de esto es resultado de coincidencias, buena suerte o algo por el estilo, en este primer mes de temporada se ha atrevido a pitchear prácticamente en el mismo alto estándar, lo que es un claro indicativo de su constante aprendizaje, de una inevitable evolución para él.
De acuerdo al orden de la rotación en los Vigilantes, el venezolano debería lanzar este domingo ante Yankees de Nueva York; para esa presentación llegará con 2.60 de ERA, 1.44 de whip, 171 en ERA+, 10.4 indiscutibles por cada 9, ponchando en promedio a 7.8, con 2.6 pasaportes y 1.3 batazos de cuatro esquinas.
Martín Pérez es el perfecto ejemplo de que el arte de lanzar se mejora, e incluso se puede aprender con el paso del tiempo. Pitcheo, el nombre del juego de los bates, guantes y pelotas.
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