Alertan sobre los efectos del botox sobre el cerebro

LOS ÁNGELES.- En la sociedad actual, la imagen y la apariencia física se han convertido en una obsesión cada vez más común. De ahí la proliferación de tratamientos y productos cosméticos, entre ellos, el popularísimo bótox.

Con el nombre científico de toxina botulínica, esta sustancia es una neurotoxina de origen natural producida por la bacteria Clostridium botulinum, que aparece en alimentos mal conservados y produce intoxicaciones alimentarias.

*Un veneno con efectos terapeúticos

El mecanismo de acción de la toxina botulínica se basa en su capacidad para bloquear la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor esencial para la contracción muscular. Como resultado, el músculo se relaja temporalmente y pierde su capacidad de producir contracciones involuntarias o espasmos.

En medicina estética, este efecto paralizante se utiliza para reducir las líneas de expresión.

A pesar de que su uso está asociado a –en ocasiones desafortunados– retoques estéticos, el bótox también se emplea para combatir diversos trastornos, incluyendo espasmos musculares, migrañas crónicas, incontinencia urinaria y sudoración excesiva, entre otros muchos. Está, por tanto, considerada como una sustancia segura y efectiva cuando es administrada por un profesional.

Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Irvine (California) sugiere un sorprendente efecto secundario del bótox sobre el procesamiento de las emociones. Su origen estaría en los mecanismos más básicos que emplea el cerebro para reconocer las expresiones de las personas que nos rodean. /EN

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