QUO VADIS/ TREMENDA FIESTA

Los diferentes modos de producción han venido siendo explicados y analizados, más a la luz de las doctrinas que desde sus alcances en la práctica.
Sin duda alguna, mirar hacia cada modelo, o por lo menos los más connotados en los últimos tiempos entre comunismo, socialismo, capitalismo e imperialismo, solo por utilizar los de la economía clásica de Adam Smith y Marx, han venido generando discusiones inservibles dentro de la cultura humana.
Digo inservibles, ya que esas doctrinas en muchos casos son utilizadas como dogmas religiosos para salvaguardar sus integridades y valías propias. Hoy día, debemos avanzar en ellas y aligerar las cargas que imponen cada casta de esta teorías. A la luz de la verdad, creo que debemos dejar atrás esas diatribas que han venido creando otras tesis como las de dominación del Mundo y los apocalípticos mensajes del mal y su sosobra.
Desde que el hombre comenzó a entender los valores materiales de las cosas, la diversidad de su ingenio ha ido de manera fulgurante hacia el encuentro de esa inventiva y con ella ir transformando al mundo. No es un simple tema de verlo como un modo de producción del que hablan los economistas; sino que por el contrario, es el encuentro de ese mismo hombre frente a un mundo y el poder.
La dominación y ostentación de la supremacía subyace psicológicamente en el hombre. Factores que siempre ha enfrentado y a la postre ha generado su historia. Desde que el hombre de las cavernas logró dominar al Gran mamut y crear el fuego, ha transcurrido todo un marasmo de historias del poder.
Actualmente, ese mismo poder ha ido in crescendo de forma vertiginosa y se confunde ya no en bloques sectarios de Comunistas y Capitalistas; ha ido más allá en una suerte de mixtura, donde se ha querido generar una tercera vía, o al decir de la doctrina alemana, crear lo ecléctico; que no es esto ni es aquello, pero sabe a los dos. De allí que esa tercera vía cuyo naciente fue creada por la férrea autoridad del liberalismo en el Reino Unido, ha venido revisándose hasta el socialismo de derecha implementado por los españoles.
En nuestro país a comienzos de este siglo XXI, se inició con Chávez la idea de un socialismo pero de izquierda, aunque inicialmente contó con la mentira de negar su propia naturaleza y asumió ser el Socialismo del Siglo XXI, cosa que ya ha quedado en el corto tiempo, como una hoja más de historia ya que ni es socialismo ni se ve el avance de este siglo XXI, del cual usted puede darse cuenta a través de las redes o si tiene la oportunidad de visitar Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón, China y obviamente la parte del Oriente Medio asiático con los Emiratos Árabes y Dubai a la cabeza.
En este contexto es fácil observar el sistema de vida y desarrollo no solo de infraestructuras de estos países, sino con ellos los standards de calidad de vida; donde usted puede ver desde excelentes edificaciones de hospitales y clínicas, vehículos de alta gama y variedad de la gente, parques acordes, cultura turística muchas veces siendo esta última la única fuente de ingresos importantes de estos países. Puede verse igualmente un sistema económico en el que las personas ganan dinero en la medida de sus esfuerzos y creatividad, libre competencia y desarrollo de la legalidad por lo menos urbana. Respeto a señales de tránsito y las penalidades impuestas incluso a través de la tecnología de la IA, de manera de que ya sí usted transgrede un norma de conducta pública, pues con una foto ya usted es capturado en la ejecución de lo ilícito y concomitantemente le viene la sanción que se acredita a su crédito personal bancario.
Evidentemente, usted dirá oye pero eso es capitalismo puro; bueno si nos vamos al análisis de teorías pues vemos que es algo más allá de eso, porque comporta no solamente la exigencia económica, sino la de interacción social a la que nos han venido acostumbrando y desarrollando en nuestros países pobres. Digo pobres porque se ha acentuado esa pobreza mental solo practicada aquí, porque cuando se van a otras partes, pues usted ve que esos mismos nacionales tanto de nuestro país como de otros se comportan distinto, y guardando el cumplimiento de las normas internas de estos países de alto nivel de vida.
También me dirá que no es así, porque en las redes hemos visto cómo parte de esa migración venezolana sobre todo acostumbrados a sus desmanes de descontrol social por ejemplo los motorizados, han invadido New York por lo visto en las redes, pues también debe haber visto que la respuesta inmediata fue quitar esas motos y destruirlas. Porque también habría que preguntarse cuál ha sido el interés de malponer a nuestros compatriotas que a duras penas llegan a ese país precisamente buscando una mejor vida; quien dotó de esas motos a estos malandros exportados ? Quienes se encargaron de hacer vitales esos videos? O mejor aún, a quienes les interesa hacer ver al venezolano del siglo XXI creado en socialismo sin sus valores propios de integridad tal como el video del que dice que lo mejor es pedir que trabajar. Evidentemente los hay, pero el 99% de los venezolanos dispersos por el mundo han salido a darlo todo en orden y bien. Han dejado en alto el gentilicio que los formó y que precisamente no fue la educación de este sistema actual de gobierno que poco le importa la educación y bienestar de su gente. Esos venezolanos han sido formados todos por hogares con valores y llenos de esos padres del siglo anterior que ayudaron al desarrollo del país estudiando en sus universidades y labrándose su futuro cuando habían esperanzas de desarrollar esa familia. Venezolanos que vienen de esos abuelos muchos extranjeros europeos que también dieron lo suyo por crear conciencia y familias estables para tener mejores ciudadanos. Extranjeros que en fechas patrias nacionales eran los primeros en levantarse en la casa e izar la bandera de Venezuela com ese orgullo que solo ellos pudieron transmitir a nosotros y que paulatinamente hemos perdido. De manera que, el fenómeno que cada día se evidencia más en nuestra sociedad relacionado con la migración de nuestros nacionales no es un fenómeno ni nada de eso, es la búsqueda de un mejor vivir de la gente, es el escape a lo desconocido pero que aún así ya sabemos que será mejor que lo que tenemos; y en esto ha tenido que ver muchísimo este Socialismo del Siglo XXI, que ha apresurado el paso para que cada día nuestros jóvenes y no tan jóvenes decidan marcharse; obviamente ante el aumento de las necesidades económicas y la falta de esperanza de vida, sobre todo aquellos que ya han comenzado a tener hijos y no desean un futuro incierto en la patria nuestra. Ante estas realidades, el sistema político hace caso omiso a las ingentes necesidades de la gente y se planta con una posición poco ética ante esa responsabilidad de gobernar; ya que el problema para que se resuelva pasa porque se permita un sistema medianamente democrático que permita la igualdad y la alternabilidad en el poder. No ese arraigo sindicalero que existe hoy, donde una junta directiva siempre es la que gana.
En el desarrollo de esos países, más allá de que exista la pobreza, pues lo que más está a la vista es la manera como obtener cosas materiales que mejoran la vida, pues es sencillo. Y de eso se trata este mundo actual, donde la retórica de si el mar de la felicidad, “ser rico es malo”, y toda esta perorata de paso barata para dominar la psiquis, se funde en los pésimos servicios públicos y manejo mediático de gobernantes regionales y municipales que no hacen nada sino enriquecerse ellos. Así quien no hace fiestas y ve todo como eso; que si la fiesta del agua pero porque no hay, la fiesta de la Luz porque la racionan a discreción solo para arrechar a la gente y hacerle peor su situación ante la imposibilidad de prender aunque sea el ventilador dentro de estos calores agobiantes. Ah, pero de la noche a la mañana, todo está bien. Tremenda fiesta en esas camionetas de alta gama blindadas y con escoltas. La dolce vita del poder de gente que ni siquiera supo lo que era un bachillerato. Así están las cosas y esos son los resultados. Nos seguiremos yendo a otra fiesta un poco más real y que se pueda bailar y ser felices a expensas de dejar nuestra patria. Allí solo se quedaran los dueños de las fiestas.

Rafael García González

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