QUO VADIS/DE LOS HECHOS Y LAS COSAS

Culmina esta semana con un inicio de Navidad en la próxima. Dentro de ella, un marasmo de incesantes hechos que disparan las redes y opiniones para alimentar al monstruo de la comunicación de masas. Ese que a diario nos consume la vista frente a los ordenadores y teléfonos móviles. Nos recuerda a la última página de los hasta ahora extinguidos periódicos editados en papel. Una suerte de avidez sin horarios, con el seguimiento de diferentes fuentes que dicen lo que mejor les parece sobre nuestro entorno.
Ni la realeza española se ha salvado; ruedan cabezas ante la incomodidad del flagelo de la infidelidad de la reina. Y ahora quien salva al Rey?, unido a ello un Jefe de Gobierno jugando a la amnistía de supuestos filibusteros señalados de seísmo separatista al alto honor de esa corona española. Encuentros entre Sanchez y Feijo, mientras Abascal desoja margaritas de las políticas extremas de los ciudadanos. Todo un merengue en la Moncloa. De igual manera, y en esta trama diabólica de entuertos comunicantes, nos viene la inhabilitación política de Donald Trump por aquí en el Norte de la America; en una suerte de copiar lo que igualmente viene ocurriendo el el Norte de la misma America pero del Sur. Nos referimos a lo ocurrido con MCM, en su acción llevada ante el TSJ y los acontecimientos por venir en cuanto a los primeros efectos de la misma, que han obligado a esa alta instancia requerir de la hasta ahora verdugo de la candidata; CGR, para que brinde información sobre lo planteado en la acción de la aspirante presidencial. Según este primer plano, pareciera tener razón. Tocará esperar y ver. Hasta ahora; solo rumores de calle y sonidos de sirenas; tal como viene ocurriendo precisamente con otro conglomerado de circunstancias de puro bla bla con lo ocurrido en el Esequibo y posteriormente con el cumplimiento de los acuerdos de Barbados. Sorprendiendo aunque con antelación, la liberación del inefable Alex Saad. Mucha tela para cortar. Lo evidente en este último caso nombrado, es que por lo menos el Presidente Biden fue cuidadoso de las formas esenciales, y emitió su pronunciamiento para otorgar esa liberación. Los bemoles de este intrincado caso, se dan por conocidos, cada quien tiene su opinión; tanto oficialistas como la oposición, pero nada se puede decir con certeza porque para ello habría que verificar las actas procesales de los distintos procesos a los cuales fue sometido. Internacionalmente huele a un gran negocio, lo que significó una suerte de secuestro de un diplomático venezolano; que aunque no le guste a mucha gente, pues sus credenciales lo acreditan. De manera que, ante esta locura informativa, todo es verdad y todo es mentira; pareciera una historia propia para el próximo 28/12, porque siempre caemos por inocentes.
Ojalá que en estos días de Navidad, el país pueda ir respirando poco a poco hacia esa tesis de equilibrio expuesta de manera clara y precisa por el Dr. Eduardo Fernández, quien ha mantenido un discurso serio y constante, sin aspavientos pero que ha influido en estos medios de comunicación; porque hablar de una solución a los problemas del país proponiendo encuentros, tendiendo puentes para el logro del objetivo, sin duda hacen que su figura despunte como un político de altura ajustado a las realidades. Ya el tigre no está bravo, usa su sagacidad para imponer agilidad felina de larga experiencia, en esta selva de opiniones agresivas y discursos que solo alientan la desesperanza. Hay que ir de los hechos a las cosas, ahí está el motivo de la agenda de un 2024, próximo de grandes noticias en paz y desarrollo.

Rafael García González

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