Protestas contra nuevo gobierno de Boluarte y sesión violenta en el Congreso aumentan el caos político en Perú

LIMA.- Los coletazos del último lío político en Perú se han trasladado a las calles. Las movilizaciones contra la nueva presidenta, Dina Boluarte, adquirieron mayor envergadura este domingo, en su cuarto día consecutivo. 

Varias ciudades del norte y sur andino fueron protagonistas de protestas en rechazo al Congreso y exigen, además de la liberación del ya expresidente Pedro Castillo, la convocatoria de elecciones anticipadas para elegir a un nuevo jefe de Estado.

Miles de personas se movilizaron por calles de Cajamarca, Arequipa, Tacna, Andahuaylas, Huancayo, Cusco y Puno, según imágenes difundidas por las televisoras locales. En estos actos de protesta, al menos dos personas fallecieron, según reportó la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) y confirmó la Defensoría del Pueblo. 

El primer fallecido es un adolescente de 15 años y el segundo un joven de 18. Ambos fallecieron en Andahuaylas, una localidad surandina donde las protestas dejaron ya el sábado 16 civiles y cuatro policías heridos en bruscos enfrentamientos entre civiles y los agentes de seguridad. 

La magnitud de los eventos en esa urbe de la región de Apurímac motivó que la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (Corpac) ordenara el cierre del aeropuerto de la ciudad por los desmanes y un incendio en parte de las instalaciones.

«Paro indefinido»

En paralelo, gremios agrarios y organizaciones campesinas e indígenas anunciaron un «paro indefinido» desde el martes, sumándose asimismo a los llamados de un cierre del Congreso, un adelanto de los comicios presidenciales e incluso la redacción de una nueva Carta Magna, según un comunicado del Frente Agrario y Rural del Perú.

El colectivo, que actúa como paragüas de una docena de organizaciones, reclama también la «inmediata libertad» del exmandatario Castillo.

Según el Frente Agrario, Castillo «no perpetró ningún golpe de Estado» cuando el miércoles 7 de diceimbre anunció el cierre del Congreso, la intervención de los poderes públicos y que gobernaría por decreto, lo que llevó a su destitución por el Parlamento y a la asunción de la jefatura del Estado por la vicepresidenta Boluarte.

En Lima, la capital peruana, el partido izquierdista Perú Libre convocó la tarde del domingo a una movilización desde la histórica Plaza San Martín, epicentro de las manifestaciones políticas en Perú. Un acto que también estuvo marcado por los enfrentamientos entre manifestantes y policías.

Cerca de allí, el Congreso, dominado por la derecha, anunció que sesionaría en la tarde del domingo para analizar la situación. Y también para trasladar un mensaje de la fiscal general, Patricia Benavides, que anunció «se están realizando las diligencias preliminares» a Castillo, así como a su ex primera ministra Bettsy Chávez y el exministro del Interior Willy Huerta tras los actos catalogados de «autogolpe» del pasado miércoles. Sin embargo, la crispación se trasladó también al hemiciclo. 

El congresista Pasión Dávila, muy cercano a Pedro Castillo, propinó un puñetazo al diputado Juan Burgos, del partido derechista Avanza País.

Minutos antes, algunos de los congresistas congregados comenzaron a lanzar arengas en favor de las protestas y a jurar que la sangre del fallecido -hasta entonces solo se había reportado uno- «jamás será olvidada». 

Entonces, Dávila, cruzó a la bancada opositora y golpeó por la espalda a Burgos para inmediatamente después volver a su asiento. Pero el derechista cruzó el hemiciclo y se dirigió a la carrera contra Dávila, pero fue parado por otro diputado, evitando una escalada mayor de violencia. Hasta que la sesión tuvo que ser interrumpida temporalmente.

Elecciones anticipadas

Castillo fue detenido por su propia escolta mientras se dirigía a la embajada de México a solicitar asilo político el pasado miércoles. La Fiscalía lo acusa de rebelión y conspiración.

Boluarte, hasta entonces su vicepresidenta, formó gobierno el sábado con un perfil independiente y técnico y con el exfiscal Pedro Angulo como primer ministro.

«Hasta ahora la presidenta no ha sido clara en lo que es la gran pregunta: ¿estamos en un Gobierno de transición o estamos ante una autoridad que pretende quedarse hasta el 2026?», dijo a la agencia de noticias AFP la analista política Giovanna Peñaflor.

«Ella debería tener claro que su papel es facilitar las nuevas elecciones generales y que ese es el camino que le augurará tener alguna estabilidad que permita que este gabinete no sea como los pasados y termine siendo relegado», agregó.

La demanda de nuevas elecciones se asocia con un abrumador rechazo al Congreso: según sondeos de noviembre, 86% de los peruanos desaprueban al Parlamento.

Boluarte no descartó el viernes llamar a elecciones anticipadas en busca de una salida pacífica a la crisis política, e instó a la calma a la población.

¿Drogado?

Mientras tanto, crecía la polémica en torno a la versión de un exjefe de gabinete y del abogado de Castillo de que el expresidente estaba dopado al leer el mensaje en el que anunció su fallida intentona golpista.

En una supuesta carta que habría redactado en prisión, Castillo sostiene que un médico y enfermeras «camuflados» y una fiscal «sin rostro» (encapuchada) lo «obligaron» a sacarse muestras de sangre el viernes y sábado.

Según dice en la misiva, se negó a colaborar porque temía por su seguridad.

El presidente del Instituto de Medicina Legal, Francisco Brizuela, confirmó que el exmandatario «se niega a que se le tome una muestra de sangre y una muestra de orina. Por lo tanto, la pericia (para saber si estaba drogado) no pudo haberse realizado».

Castillo también rechazó «una pericia psicológica y psiquiátrica», agregó Brizuela.

AFP/ EFE/

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