La afrenta de la dolce vita como desiderátum de un mundo lleno de vanidad y exigente materialismo dinerario al que hemos sido expuestos en estos días a través de los videos que corren en las redes sociales respecto de la trama del PDVSAGATE, ha sido una muestra del leiv motiv que inspira a quienes han estado dentro de altos cargos públicos designados por el Ejecutivo Nacional y el Legislativo de turno.
Es una muestra de la depravadora forma de la destrucción de la ética y moral en el sistema y estilo de este gobierno.
Esta sacudida que ha motivado y movido la más inerte de las fibras del normal comportamiento social, ha sido una pequeña muestra de lo mal que andamos en estos días.
La visión de nuestro país ha cambiado ante tan ingentes afrentas contra la cotidianidad de las personas. Hoy en día han sido expuestas esa voracidad que nutre al nuevo poder instaurado bajo un socialismo del siglo XXI, cuya mejor bandera ha sido la corrupción, ineficiencia e ineficacia de sus actores políticos.
El discurso hacia la eudaimonia, aquella que el mismo Comandante Chávez enarboló como el “mar de la felicidad del pueblo”, ha devenido en el abandono y miseria de la gente y creado élites del poder intocables y cuyos lujos más extravagantes viajan de la mano de un mundo delictivo y tenebroso.
En una resonancia cuyo resultado es de una metástasis de las instituciones, no es posible ver ni la luz ni la justicia fundados en fetiches cuya cornucopia quedó vacía, ya que hasta ésta fue saqueada. La mitología griega en este país nos da un símbolo idéntico al que los egipcios señalaron dentro del inframundo sumergido ante el Dios Anubis, y que ni Dante (Alighieri, no Rivas) pudo imaginar.
Estos niveles de destrucción del país, ya no sólo en lo material con la política solapada del abandono de instalaciones industriales como refinerías, plantas procesadoras de cualquier tipo, escuelas, universidades, vías de comunicación, teleféricos, aviones, barcos, etc., van de la mano con esta destrucción del ser humano o nuevo venezolano. El que va más allá del “cuanto hay Pa eso”, y que ha sido formado en su esencia para el abuso del poder, la ineficiencia y destrozo total de lo que se encomienda como gestión, y que pronto son protegidos cuando lo hacen tan mal o premiados en otros cargos de mayor envergadura o alejados temporalmente como conteo de protección para evitar el daño público.
La promesa del tesoro detrás del arco iris ha sido el lema de motivación de estos clanes del poder, y que definitivamente tiene al país en estado de desgano ante los ejemplos mal inspiradores de la arbitrariedad y el abuso desmedido como gánsters creados por Mario Puzo de la mano de otro autor italiano dentro del gatopardismo de Lampedusa, por aquello de que se inspira en todo lo necesario para hacer cambios sin que nada cambie.
Ante estas evidencias de una generación oportunista, desprovista del amor al trabajo y al país, desfasada de la moral y anquilosados en antiprincipios báñales y de lujuria pecadora de las almas. Allí, en esa Torre de Babel nefasta y aislada cada uno habla su idioma en la danza de Mil Millones de Dólares a expensas del Estado y del pueblo, cuyo norte es alcanzar niveles de jeques sauditas o de capos famosos de las Drogas. En este submundo esta el día a día de nuestra historia patria, a la suerte de una cornucopia rellena de oro encontrado tras del arcoíris en ese mundo de eudaimonia utópica.
RAFAEL GARCÍA

