Con las tiranías no se negocia, se les confronta y se les vence

Los representantes de los distintos partidos y grupos políticos venezolanos, han acudido a Bogotá al llamado selectivo del presidente Gustavo Petro, con el supuesto objetivo de dilucidar una posible salida a la crisis política que vive nuestro país.

Muchos han sido los intentos fallidos de negociaciones entre gobierno y oposición, que lejos de encontrar soluciones a los graves problemas que atraviesa la población venezolana, para lo único que han servido es para afianzar a Maduro en el poder, para desmotivar a la gente, generar desconfianza y para que quienes acudan por la oposición sean humillados por los representantes del gobierno.

Pareciera que aquellas palabras proféticas de Winston Churchill que decía: «Quien se humilla para evitar la guerra, se queda con la humillación y con la guerra», no han sido jamás leídas o escuchadas, por nuestros dirigentes opositores, quienes se empeñan en buscar acuerdos con quienes no respetan ni siquiera, la propia Constitución que ellos mismos hicieron.

Como algo fácil de pronosticar la primera humillación no tardó mucho en aparecer, Juan Guaidó, precandidato presidencial por el partido Voluntad Popular, fue expulsado de Colombia y mandado a los Estados Unidos por el propio presidente colombiano, quien pareciera haber adoptado la satánica manera de hacer diplomacia como el arte de enviar a la gente al infierno de tal manera, que luego quieran volver a pedirle ayuda.

Ante este bochornoso mal inicio de las conversaciones, solamente el precandidato César Pérez Vivas del Movimiento Concertación Ciudadana y la precandidata María Corina Machado, de Vente Venezuela, se han pronunciado enérgicamente a favor de Guaidó, y han pedido al gobierno colombiano la reconsideración de la medida.

Tanto que se ha hablado de unidad últimamente, sin embargo, el resto de los representantes de la oposición presentes en Bogotá y el resto de los precandidatos a las elecciones primarias han dado la más mínima muestra de solidaridad, hacia el líder opositor venezolano.

Un gesto que hubiese mandado un mensaje directo de unidad al gobierno y al mundo, es que todos esos líderes de oposición que asistieron a la conferencia internacional sobre Venezuela, se hubiesen negado a participar en el evento, hasta que Guaidó no regresara a Bogotá y se le permitiera su participación en las conversaciones; pero lamentablemente hay quienes prefieren jugar a alimentar a la bestia, esperando que se devoré a otros antes que a ellos.

Si algo nos ha enseñado la historia es que con las tiranías no se negocia, sino que se les confronta y se les vence, pero para ello debemos contar con hombres y mujeres dispuestos a hacer lo que se debe a pesar de las consecuencias personales, a pesar de los obstáculos, peligros y presiones; es allí precisamente donde se iniciará la construcción de la base de la moral humana.

Froilán Sánchez

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