De menos a más

JOSÉ FRANCISCO MOSQUERA

Fue el primer licenciado en comunicación social que llegó a Portuguesa en esa transición de AVP a CNP y con su trato afable, cargado de humor y sencillez, se hizo amigo de todos los sectores de la vida pública. Creo que fue con el señor Francisco Ayala que tenía arrendada Radio Onda de don Aldo Del Papa, y el noticiero era como el pan nuestro de cada día de la libertad de información: José Francisco Mosquera, egresado de la UCV.

Después vino Grossman. Luego se fueron agregando muchos egresados de la Universidad del Zulia, que tuvieron en Última Hora, su casa, y junto a los viejos maestros del periodismo, formaron un gremio de dignidad, lucha y compromiso que fue la seccional Portuguesa. Mosquera era el jefe de prensa del gobernador José Rafael Casal, cuando fundamos Primera Plana en Radio Estelar e hizo que junto al doctor Joel Hernández fuesen los primeros invitados del decano de los programas de entrevistas que condujo exitosamente durante 46 años en la radio, mi compadre, colega y amigo. José Francisco fue profesor universitario, conductor de Café de la Tarde y Radio Noticias de Acarigua Sensacional, pero indudablemente el sello que le puso al periodismo en nuestro estado, fue su icónica columna “Sin Mala Intención” con un sano periodismo investigativo, de opinión, con mucho humor y lenguaje sardónico, que luego en irónico reclamo a la ley de contenidos, que popularmente llamamos Ley Resorte, le cambió el nombre a “Con Buena Intención”. Se nos fue Mosquera, periodista de primera línea, ser humano cordial y buena gente. Con mi madre, hizo buenas migas y ella más con Lupe, a quien enviamos nuestra más sentida palabra de condolencia.

RETRATO DE UNA DICTADURA

La draconiana e injusta sentencia contra la casi veintena de jóvenes supuestamente involucrados en un frustrado magnicidio, inventado por el régimen para distraer sus arbitrariedades, asesinatos y pésima gestión, fue el fatídico final de una semana, a la que le tenían que torcer el rumbo que había cogido con la masiva protesta de docentes, personal de salud, sector universitario, pensionados y jubilados, y otros trabajadores de la administración pública. La crueldad y el ensañamiento de la élite cívico-militar que se cree dueña del país contra esos muchachos, civiles y militares, los retrata como lo que son, la miseria humana más vil convertida en esqueletos llenos de carne, sin corazón ni conciencia, para tratar de tener un pasaje heroico en una vida de mediocridades, fracasos, envilecimiento y crimen, además de asesinar la esperanza y la calidad de vida de casi 30 millones de venezolanos.

Esa página diabólica de Tarek William Saab, Nicolás Maduro, Cilia Flores y eso que llaman justicia revolucionaria, los degrada más ante un mundo insensible, que sólo habla, pero que no actúa con radicalidad frente a un régimen, “el más destructivo” que cada día más profundiza la represión, cercena la libertad de expresión cerrando cuatro emisoras más en Cojedes, viola las contrataciones colectivas, le roba las vacaciones a los trabajadores, sigue regalando petróleo a Cuba, compra una gasolina que destruye los vehículos en el país y le pretende entregar un millón de hectáreas a Irán. Una semana que comenzó con la inmoral sentencia contra Juan Requesens y terminó con el ascenso al poder del primer presidente de izquierda en Colombia, lo que le genera incertidumbre al pueblo venezolano, al que está en esa vecina y hermana Patria, y a los que aún sobrevivimos en esta tierra de esperanzas.

RENOVANDO LA ESPERANZA

Hay palabras que sellan la nacionalidad y éstas son del genial margariteño Luis Beltrán Prieto Figueroa: “Hay quienes quieren un magisterio sumiso, arrinconado, incapaz de levantar la voz, pero un pueblo que tenga maestros de esa categoría tendrá que ser un pueblo de esclavos”.

Los maestros la volvieron a hacer, junto al personal de salud, a los pensionados y jubilados, al sector universitario, a todos los trabajadores de la administración pública. Y por primera vez, vimos a la dirigencia política acompañando ese enérgico reclamo laboral.

Volvieron a sembrar la semilla de la esperanza, a gritar que no se rinden, a dar el ejemplo, pero con más fuerza, con más presencia, regados en todos los municipios de Portuguesa y del país. Y por más que Yelitza Santaella, Jesús Farías, el Ministro del Trabajo, la élite del PSUV y el silencio de las Fuerzas Armadas que sostienen esta injusticia hecha gobierno, intenten minimizar la inmensa magnitud de la protesta, ahí está el manso pueblo convertido cada vez que se le requiere, en bravo pueblo. Y un pequeño broche de fe. Se le acabaron los brinquitos a Primitivo, que fue recibido en Papelón con pancartas, pitos y cacerolas por lo de las bombonas. Fuimos de menos a más, aunque la injusticia y el ensañamiento hayan sido mayoría. Y repetimos que el problema no es la ONAPRE. Es Maduro y la mano que cuida la cuna: Vladimir Padrino López.

IVÁN COLMENARES 

Entradas relacionadas