La voracidad fiscal de Primitivo Cedeño y su alabardero Consejo Legislativo pretende sacarle a los portugueseños de sus bolsillos, con un proyecto de Ley de Sistema Tributario, 104 millones de dólares al año, cobrándole hasta el modo de caminar a quienes nacimos, vivimos o transitamos en esta tierra, convertida en infierno socialista. Ese monto fue el situado constitucional que manejaba este servidor en 1988, con partida 401 de personal, que ahora paga el Sistema Patria en franca violación de la Constitución, y con la obligación del 50 por ciento para inversión y 50 para gasto corriente.
Y en estos 22 años de revolución esa cifra se multiplicó hasta que llegó Maduro y acabó con todo. Es decir, lo que antes nos suministraba el petróleo, se lo quiere sacar de las faldiqueras a los que moramos en esta entidad federal, ése que dice que quien lo vive es quien lo goza.
El parlamento regional aprobó en primera discusión, un documento de 232 artículos, que ahora en segunda discusión, debe ser leído y aprobado, por su mayoría de ocho serviles legisladores, uno por uno, donde para comenzar la unidad tributaria, es elevada un 400 por ciento, con base en el petro. Hay cobro de impuesto predial para parcelas de 0 a cinco hectáreas en adelante, sean tierras propias o del INTI, estén o no en producción y no importa si debe pagar arrendamiento a la Alcaldía correspondiente, generando una doble tributación. Hay un impuesto de 90 dólares por tonelada de producto cosechado, manufacturado o comercializado. Pregunto ¿cuánto costaría un kilo de queso producido en Papelón, ese pueblo al que no se le arruga el guáramo, frente a las agresiones de Tivo y Alirio Bonilla, que ha hecho de ese municipio su feudo particular, donde el Alcalde “electo” el 21 de noviembre es un verdadero pelele, cuando llegue a Acarigua o a Caracas, entre peajes e impuestos?. Lo que pretende este gobernador, que pinta trabajar mucho, pero que no se le ve el queso a la tostada, que maltrata a los trabajadores a los que pone a laborar sin ningún respeto por la Ley del Trabajo, es saquear a los sectores productivos, como pasó en Araure y en Agua Blanca, intentando convertirse en un Seniat alternativo, imponiendo una “voracidad fiscal local que es factor desencadenante de una anomia que lleva a los estados a invadir competencias del poder nacional, al cual corresponde la armonización del sistema tributario. Hay estados que tienen la osadía de hablar de sistema tributario, cuando eso es nacional” según afirma Leonardo Palacios, expresidente de la Cámara de Comercio de Caracas y abogado tributario, como abrebocas del foro de ayer lunes del gremio de comerciantes de Acarigua-Araure, en un intento de que se conozca este instrumento que pretende ser aprobado entre gallos y medianoche, con una mayoría ignorante que desconoce el tema legal para complacer los caprichos de su amo.
No sé quién se comió el cuento de que Tivo es otra cosa. Este maquillador, bueno para esconder la miseria, mostró su rostro autoritario en Agua Blanca y Araure. Rafael Calles debe estar arrepentido del error cometido, ya que Cedeño no quiere ni pagar los compromisos verificables, lo que ha llevado a la ruina económica a varios proveedores de la Gobernación. Pero ya los números van diciendo que las fiesticas y las ferias del agua, la luz, el asfalto, se volvieron pura comida de burro.
Una encuesta midió la aprobación de la gestión de los gobernadores de Venezuela. Podemos decir con orgullo, que los cuatro democráticos figuran en ese podio de los diez mejores. La encabeza el carabobeño Rafael Lacava con un 62 por ciento y le siguen, Manuel Rosales, con 58 y Morel Rodríguez de Nueva Esparta con un 56 por ciento. Van en el orden los gobernadores de La Guaira, Yaracuy, Falcón, Miranda, Lara. Cierran los otros dos nuestros, Alberto Galíndez (Cojedes) y Sergio Garrido (Barinas), a quienes les quitaron peajes, policía, vialidad, espacios deportivos y públicos y que resisten con el apoyo del pueblo, dando una lección de eficiencia, probidad y compromiso.
No aparece el bailarín, el que se echa a los canales para que lo filmen, el faramallero de las tarimas, el que no rinde cuentas de los dineros de peajes y empresas de la Gobernación y sus alianzas estratégicas, el que oculta con su Contralora y CLEP, lo que por obligación tiene que ser institucional y comunicacionalmente público y notorio. Ahí tienen pues al rey del chapapote y el gerente del bombillo, la pintura y las bombas de agua, rodeado de unos abusadores e ineptos, ¿Y quién paga y pagará esta barrabasada roja? Pues, todos los portugueseños, a menos que hagamos como los docentes, que le rebajaron el copete a Maduro, a Delcy, Yelitza y Tibisay Lucena.
IVÁN COLMENARES