Mediante los decretos 10-2022 y 11-2022, el alcalde del municipio Guanare, Óscar Novoa, incrementó de manera inconsulta y exagerada los impuestos municipales hasta un 400%.
Esta medida representa un duro golpe a la ya maltrecha economía que vive el sector comercial del municipio Guanare. Debemos recordar que venimos de 2 años de pandemia donde a diferencia de otras localidades, en Guanare se obligó a los comerciantes a pagar la totalidad de los impuestos municipales, aún cuando estos permanecían cerrados y sin producir ingresos. Además, es la segunda ocasión en menos de un año donde los impuestos sufren un significativo incremento.
Para ilustrar un poco la repercusión de esta medida en el comercio, el pago de actividad económica mensual pasó de 250 bolívares a más de 800 bolívares, los servicios conexos (conformidad de uso y permiso de habitabilidad) pasaron de 400 bolívares a más de 1400 bolívares y una renovación de licencia de licores pasó de 350 dólares a más de 1.000 dólares, sólo por mencionar algunos.
Esto es la condena al cierre de muchos establecimientos comerciales en el municipio Guanare y el fomento del desempleo.
Me pregunto si los asesores del alcalde Novoa en materia tributaria, están conscientes de la difícil situación económica que atraviesa el país y como afecta, a todos los sectores de la vida económica y productiva del país.
Paradójicamente hace apenas unos días atrás el Presidente Nicolás Maduro anunciaba la aprobación por parte de la Asamblea Nacional, en primera discusión, la Ley de Coordinación y Armonización Tributaria que, según sus propias palabras, buscaba frenar el caos generado por los gobernadores y alcaldes en esta materia en Venezuela.
¿Será que el alcalde Novoa ha comenzado a distanciarse de las políticas de Maduro?, o que el regaño que le dieron desde Caracas a Primitivo, por pretender impulsar la Ley del Sistema Tributario del estado Portuguesa no se sirvió de escarmiento.
Esto también puede ser evidencia de la falta de conocimiento técnico de la realidad social y económica que vive el país, por parte de su cuerpo de asesores y del mismo alcalde.
Esta medida no sólo atenta contra las libertades económicas de los guanareños, sino también que viola los principios de formación de tributos, como el de la proporcionalidad, que establece que no se pueden imponer impuestos más allá de la capacidad de pago de los contribuyentes. Además, también se viola el principio de vinculación al presupuesto, que obliga a declarar el déficit presupuestario y las insubsistencias para el financiamiento, todo embarcado en un estudio técnico minucioso y de amplia consulta con los sectores afectados.
Las improvisaciones parecieran ser el sello que define la gestión del gobierno municipal y ante esto los comerciantes se preparan para iniciar las acciones necesarias que conlleven a neutralizar la voracidad fiscal de Novoa y la inmensa carga burocrática de la Alcaldía de Guanare, que durante sus 5 años de gestión poco le ha retribuido al municipio del caudal de impuestos recaudado, comenzando por el desastre que ocasionó con la construcción de la redoma del indio, que abandonó apenas un mes después de haberla comenzado y que tuvo que hacerse cargo la gobernación, por la incompetencia del alcalde.
Froilán Sánchez