Yaxmin González Jiménez
ACARIGUA.- Para el representante de los pequeños y medianos productores del estado Portuguesa, Inmer Castellanos, el acuerdo con el Gobierno nacional sobre el precio de comercialización de la cosecha de maíz resuelve en cierta manera “el problema de la minoría de los agricultores autofinanciados y de aquellos programas de financiamiento decentes donde los insumos tuvieron una cotización exacta anclada al dólar”.
No obstante, lamentó que “para la mayoría de los agricultores, que fueron financiados por el paquete criminal, el 80 por ciento de su maíz va quedar en mano de sus financistas, quienes a la larga van a ser los verdaderos beneficiados del incremento del precio, pues van cobrar los 450 dólares por tonelada o más, tomando en cuenta que una gran parte del rubro va a ser vendido en el 2023 por los elitismos explotadores”.
El dirigente campesino objetó que en medio de la lucha de los pequeños y medianos productores, el ministro Wilmar Castro Soteldo, a quien tildó de defensor a ultranza de las importaciones, y representantes de Fedeagro “pretendieron usurpar el triunfo del soberano agrario, pues Portuguesa y Venezuela entera sabe quiénes fueron, desde el seno del pueblo, los que solicitaron un precio justo y la eliminación del paquete criminal de financiamiento, no van a ganar indulgencias con escapulario ajeno ni endilgarse méritos que no se ganaron”.
Reprochó que el ministro Castro Soteldo pretendiera excluir al sector de los pequeños y medianos productores de la última reunión en Caracas y persista en criticar la explotación del hombre por el hombre, “mientras promueve a las cúpulas esenciales de la explotación para que den un anuncio sobre el precio y excluye a las bases que impulsaron la revolución y el logro alcanzado, resultando una contradicción inexplicable de un funcionario que dice ser megarevolucionario”.
Pese al logro en torno al precio, Castellanos indicó que el objetivo que se ha trazado el sector está enfocado en “erradicar el financiamiento criminal del paquete tecnológico, para convertirlo en un recuerdo del pasado que no volverá más nunca a destruirnos socioeconómicamente”.