MADRID.- Las vacunas contra el covid-19 son una parte importante de la estrategia mundial para evitar que esta enfermedad vuelva a expandirse ahora que ya parece controlada y se ha recuperado la normalidad en nuestras vidas. Pero como todos los medicamentos, las vacunas contra el coronavirus pueden tener efectos no deseados.
Los efectos secundarios tras la vacunación del covid-19 tienden a ser leves, temporales y pueden variar según los distintos grupos de edad. Son, en definitiva, como los que se experimentan tras las vacunas rutinarias. Entre los efectos más habituales están la fiebre, los dolores de cabeza, el cansancio y el dolor en la zona del pinchazo. Sin embargo, estos dolores pueden afectar a los músculos de forma generalizada.
Estas dolencias son conocidas como mialgia, que es el término médico empleado para definir el dolor muscular. Según el último informe de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, la mialgia es uno de los efectos secundarios más notificados tras haberse inyectado el antídoto contra el coronavirus. Así, es el tercer efecto adverso más notificado con 6.527 casos.
¿Qué es la mialgia?
Tal y como indica la Johns Hopkins Medicine, la mialgia incluye dolores musculares que pueden afectar a los ligamentos, los tendones y la fascia así como los tejidos blandos que conectan los músculos, los huesos y los órganos.
Entre los síntomas más comunes de la mialgia se encuentran el dolor en las articulaciones y mucha debilidad a la hora de hacer movimientos por lo que se hace complicado realizar actividades cotidianas. También puede ocasionar náuseas y vómitos, fiebre, vértigos, sensibilidad, hinchazón o enrojecimiento, pero no es tan habitual.
Dependiendo de la causa y la zona, la gravedad de estos dolores puede variar: pueden ser ligeras molestias o un dolor insoportable que no deja hacer una vida normal. Incluso puede llegar a ser incapacitante durante un tiempo.
Por qué aparece y cuál es el tratamiento
Las mialgias no aparecen solamente por culpa de las vacunas contra el coronavirus. Tomar algunos medicamentos también provocan estos dolores como efectos secundarios. Más allá de los pinchazos y otros medicamentos, estos dolores musculares pueden aparecer por sobreesfuerzo, el estrés, los traumatismos o las lesiones, la sobrecompensación de otra lesión y la tensión crónica. En el peor de los casos, la mialgia puede aparecer por infecciones víricas o trastornos autoinmunes como la esclerosis múltiple.
Por desgracia, ni siquiera el ejercicio regular y los estiramientos pueden detener el dolor de la mialgia. La mejor opción en estos casos es descansar, no forzar y tomar analgésicos de venta libre para el dolor como el ibuprofeno. También se puede aplicar hielo y calor de forma alterna durante intervalos de 20 minutos a lo largo del día para reducir el dolor en la medida de lo posible. En caso de ser necesario, se puede realizar un masaje en la zona, aunque es mejor que lo haga un profesional de la fisioterapia que esté debidamente cualificado.
En un principio, los dolores tienen que remitir con reposo y el autotratamiento. Si no fuera así y los síntomas empeoran – incluso aparecen problemas respiratorios o fiebre alta – se debe acudir al médico lo más rápido posible.
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