Lanzamientos de misiles de Pyongyang y bombarderos estadounidenses generan tensión en la península coreana

SEÚL.- Este sábado Corea del Norte lanzó otros cuatro misiles balísticos de corto alcance al mar Amarillo, como respuesta a los ejercicios militares conjuntos entre Corea del Sur y Estados Unidos que han sido realizado a lo largo de esta semana. Ejercicios en los que Washington desplegó bombarderos estratégicos B1-1-B, mientras crece la amenaza de una prueba nuclear por parte de Pyongyang.

El Ejército surcoreano informó sobre la detección de cuatro misiles balísticos de corto alcance lanzados por Corea del Norte, que volaron unos 130 kilómetros sobre el llamado mar del Oeste en las dos Coreas.

El Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano detectó los lanzamientos en la mañana de este sábado, luego de que el Ministerio de Exteriores de Corea del Norte denunciara el pasado viernes “actos irresponsables e imprudentes” por parte de Estados Unidos, además de llamar a Washington a “detener de inmediato” los sobrevuelos en el marco de los simulacros de la llamada ‘Vigilant Storm‘.

Durante la última semana, Washington y Seúl han realizado ejercicios combinados en los que participan unas 240 aeronaves, siendo los mayores de este tipo realizados entre los dos países desde 2017, que incluyen aeronaves que pueden realizar despegues en portaaviones. 

Corea del Norte advirtió a Estados Unidos que debe cesar las maniobras militares “si no desea que ocurra una situación grave que perjudique a sus propios intereses de seguridad”, según informó la agencia de noticias KCNA. 

“Estados Unidos ignoró las demandas de Corea del Norte y los países de la región (…) en cambio, respondió organizando simulacros aéreos combinados de agresión con el pretexto de disuadir y hacer frente a cualquier provocación”, dijo el Ministerio de Exteriores de Corea del Norte. 

En lo corrido de la semana, Pyongyang ha lanzado en torno a 30 proyectiles, incluyendo un misil balístico de largo alcance, que aparentemente falló en pleno vuelo cuando se disponía a sobrevolar Japón, mientras que uno de corto alcance llegó muy cerca de aguas territoriales surcoreanas, según informó el JCS. 

Los lanzamientos activaron las alertas de evacuación y obligaron al cierre de trenes en el norte de Japón, poniendo en alerta máxima a la comunidad internacional, ya que nunca se habían visto este tipo de provocaciones en la histórica tensión de la península coreana.   

Las repetidas pruebas de armas norcoreanas, las maniobras por parte de los aliados y la posibilidad de que el régimen de Kim Jong-un esté listo para realizar su primera prueba nuclear desde 2017 generan un ambiente hostil en la región. 

Los ejercicios militares ‘Vigilant Storm‘, que inicialmente habían sido programados hasta el viernes 4 de noviembre, se extendieron hasta este sábado. 

“Los ejercicios militares de las Fuerzas Armadas de Corea del Norte después de que Estados Unidos iniciara el simulacro aéreo combinado ‘Vigilant Storm’, en connivencia con sus fuerzas vasallas, son una reacción y una advertencia de acción ante las provocaciones hostiles”, dijo el Ministerio de Exteriores norcoreano. 

El viernes, durante una nueva sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos acusó a Rusia y a China de ofrecer «protección» al gobierno de Kim Jong Un y evitar una mayor acción de ese órgano. 

«No pueden abandonar sus responsabilidades en el Consejo de Seguridad porque la RPDC podría venderle armas para alimentar su guerra de agresión en Ucrania, o porque crean que son un buen amortiguador regional ante Estados Unidos», aseguró la embajadora de Washington ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield.

Rusia y China, por su parte, también notan el aumento de las tensiones en la península coreana pero responsabilizan a Estados Unidos por su rol en los ejercicios militares. 

Aumentan las provocaciones entre las dos partes 

Los ejercicios militares entre Corea del Sur y Estados Unidos incluyeron aviones bombarderos estratégicos B-1B, junto con cuatro de combate surcoreanos F-35A y otros cuatro cazas F-16 de bandera estadounidense. 

El JCS dijo mediante un comunicado que esta decisión es “una demostración del firme compromiso de Washington con la disuasión extendida para Corea del Sur y la postura de defensa combinada de los aliados». 

Los aviones bombarderos partieron desde la base aérea Andersen en Guam y no eran vistos desde 2017 durante la administración de Trump.

Las dos Coreas habían firmado un acuerdo en 2018, en el cual se comprometieron a no realizar actividades militares en la zona marítima, sin embargo, este año Pyongyang violó el compromiso, generando la respuesta por parte de los aliados. 

Corea del Norte aceleró el desarrollo de sus pruebas armamentísticas aprovechando la división en el Consejo de Seguridad de la ONU tras la invasión de Rusia a Ucrania.  

Este viernes un portavoz no identificado del Ministerio de Exteriores de Corea del Norte dijo que Estados Unidos y Corea del Sur habían creado una “atmósfera inestable grave” en la región con los ejercicios militares. 

“La provocación está destinada a ser seguida por una respuesta sostenida”, dijo el comunicado.

EFE/ AP/

Entradas relacionadas