Atleta chilena logra récord al nadar 2,5 kilómetros en la Antártida

SANTIAGO (AFP).– «Después de pasar la milla, sentía el corazón frío. Sentía que pasaba algo helado por el corazón», confiesa la nadadora chilena Bárbara Hernández, tras lograr el récord de ser la primera persona en nadar 2,5 km en aguas del océano Antártico.

Era un claro signo de que la hipotermia avanzaba y le podía provocar la muerte, un paro cardíaco. Pero siguió pateando y dando brazadas hasta llegar a la meta: una boya en medio de ese mar gélido a apenas 2ºC.

Gracias a ese hito, Hernández, de 37 años y apodada ‘La sirena del hielo’, logró una nueva marca avalada por la Asociación Internacional de Natación de invierno (IWSA, por sus siglas en inglés), la cual debería aparecer en el Guinness World Records.

Fue el 5 de febrero pasado, a las 11:00 locales, cuando Bárbara Hernández se lanzó al mar desde una lancha de la Armada de Chile. Solo llevaba un traje de baño normal, una gorra, lentes y protección para los oídos. Nadó durante 45 minutos y 30 segundos.

«Fue un nado súper difícil, duro. Antes de completar la primera milla (1,6 km), sentía (…) los brazos cada vez más pesados, porque la sangre se empieza a agolpar. El cuerpo (…) prioriza órganos internos y el cerebro. Sientes eso, que las manos están cada vez más rígidas. Pero no me concentré en eso», relató Hernández a la AFP.

La nadadora había soñado por una década con ese momento, por lo que no quería ceder. Ni siquiera tenía miedo de que algún animal, como una orca, apareciera en su camino. Solo divisó un pingüino en el trayecto.

«Lo que me da miedo es que la Antártica se siga derritiendo. Eso sí que me da miedo. (…) Cuando iba nadando uno de mis pensamientos era ese. Me duelen las piernas, pero me sentía fuerte. Pensaba: esto no es solo por mí, es la causa que queríamos visibilizar. Eso te da otro impulso», afirmó.

Siguiente desafío, Nueva Zelanda

El tiempo atmosférico era ideal: sin viento, casi sin oleaje y sin corriente en contra. El peligro estaba en la temperatura del agua. Cada minuto, cada brazada, la hipotermia ganaba terreno. Pero siguió hasta alcanzar la meta.

Al llegar a ese objetivo se inició una nueva batalla: la de recuperar su temperatura temporal. En cuestión de minutos fue sacada de agua a un bote Zodiac, le quitaron el traje de baño, la abrigaron, la subieron al buque ‘Janequeo’ de la Armada de Chile con una grúa y la llevaron a la enfermería.

Al ser consultada sobre sus mayores rivales o adversarios en esta disciplina de nadar en aguas gélidas, respondió: «Mi mayor rival es el miedo. No es la gente. En un mundial hay más nadadores, y alguna prueba la vas a perder (…) Pero lo que no te pueden ganar es tu propósito, y eso lo defines tú. Los miedos al fracaso, a fallarle a la gente que confía en ti son mis principales adversarios».

La noche de este domingo Hernández emprende viaje a Nueva Zelanda para su próximo desafío: nadar su sexto «Seven Ocean», el reto de cruzar a nado siete canales o estrechos alrededor del mundo que van de los 15 a los 47 kilómetros. Una corona que espera obtener en agosto, en Japón.

AFP/

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