Incremento de la desigualdad social frena la recuperación del consumo de alimentos, revela informe del CEA

CARACAS.- El consumo per cápita de alimentos en Venezuela se mantiene por debajo de los estándares internacionales, pese a que entre 2021 y 2022 hubo una recuperación importante. La desigualdad social «opaca» la mejora que tuvieron los indicadores en los últimos 24 meses, aseveró Edison Arciniega, presidente del Centro de Estudios Agroalimentarios (CEA), organización dedicada al monitoreo de seguridad y soberanía alimentaria.

Durante la presentación del Informe Especial de Disposición alimentaria 2021-2023, Arciniega informó que en el año 2021 se registró un consumo de alimentos de 301,89 Kg por persona, mientras que en 2022 se elevó hasta llegar a 361,94 Kg per cápita.

Explicó que en Venezuela el consumo anual debe ser de 440 Kg por persona. Para el experto en materia agroalimentaria, el país está mejor que en 2017, cuando el consumo per cápita rondó los 200 Kg, pero sigue muy mal en comparación a 2012, cuando se mantenía en el estándar.

En rueda de prensa, realizada el martes 28 de febrero, Arciniega aseguró que el deterioro del poder adquisitivo de la ciudadanía se evidencia en la tendencia de consumo de alimentos con alto rendimiento calórico y menos proteína. «Los alimentos no se distribuyen equitativamente entre todos los venezolanos», destacó.

Arciniega alertó que pese al crecimiento del consumo registrado en 2022, a partir de octubre se reportó una caída de 1,8 Kg de consumo por mes en la dieta de un ciudadano, debido la «reactivación de las tendencias inflacionarias». Dijo que las perspectivas de 2023 dependerán de las políticas estatales en cuánto al reimpulso del motor productivo y económico.

CLAP no resuelve los alimentos del mes

En el estudio se ofrecieron datos con respecto al suministro de alimentos de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y la disposición alimentaria en el pais.

Pese a afirmar que «el CLAP es una política pública con perspectiva de permanencia», reconoció que el beneficio no lo recibe la mayoría de los venezolanos. Apuntó que «en términos globales» la distribución del beneficio se ha mantenido por encima de 40% de los hogares.

El también especialista en seguridad alimentaria, señaló que en los últimos dos años nunca se registró en las comunidades evaluadas una espera mayor a 60 días por los alimentos CLAP. No obstante, apuntó que el número de kilogramos promedio por familia nunca supera los 9,10 kg por combo y que nunca es menor a los 7,6 kg por combo, lo que sigue siendo poco para las necesidades nutricionales de una familia.

En el caso de la distribución de proteínas, comparó que mientras el CLAP en el primer semestre de 2021 suministró 139 mil toneladas de alimentos, los combos protéicos solo suministraron 11.887 toneladas. Precisó que estos combos llegan a un sector determinado de la población, generalmente funcionarios de la administración pública.

«Los requerimientos de alimentos de Venezuela por mes es cercano al millón de toneladas métricas de alimento, y el CLAP en un semestre distribuyó 139 mil toneladas. No marca la diferencia en cuanto a los requerimientos de los venezolanos», manifestó.

Reveló que en materia de disposición alimentaria registraron un bache importante en enero de 2022 que significó «una ligera moderación o estancamiento de las tendencias» durante todo este año. Destacó que los bloques de mayor consumo fueron los cereales, seguidos por raíces, tubérculos y feculentos. También refirió una recuperación considerable en frutas tropicales, así como en el consumo de carne.

Atribuyó al último año dos tendencias que, a su juicio, son muy importantes: un mayor peso del mercado respecto al CLAP, que se mantuvo en volúmenes pero perdió peso proporcional; y el incremento del consumo de pollo, estimado en 721 mil toneladas métricas.

De acuerdo con el experto, 96% de lo que los venezolanos comen lo compran por sí mismos, mientras que el resto lo compra el Estado.

La aseveración de Arciniega coincide con los resultados de la última Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) elaborada por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), cuyos resultados evidenciaron que el Gobierno reduce beneficios sociales «a la calladita».

Según la Encovi, los beneficiarios de las cajas CLAP reciben una cesta de productos donde varía mucho la periodicidad de cada entrega. Solo 35% la recibe mensualmente, que sería lo más adecuado.

TCD/

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