Eritritol: El edulcorante que podría aumentar el riesgo de enfermedad del corazón

MADRID.- Un estudio reciente asoció el consumo de azúcares libres a más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares, un problema de salud global, ya que se consideran la primera causa de muerte en todo el mundo y cada año fallecen por su causa alrededor de 17,5 millones de personas. Para prevenir estas enfermedades es fundamental tener hábitos saludables y, entre ellos, una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras y baja en grasas saturadas, sal y azúcar.

Ahora, una nueva investigación de la Clínica Cleveland ha asociado el edulcorante eritritol a un mayor riesgo de sufrir patologías cardiovasculares y, en concreto, ictus e infarto de miocardio. El eritritol o E-968 es un edulcorante de origen natural que se ha popularizado en los últimos años y que se utiliza para endulzar alimentos en sustitución del azúcar porque aporta muy pocas calorías. Pertenece al grupo de los polialcoholes o polioles, al igual que el maltitol, el xilitol o el sorbitol, y su ingesta excesiva tiene efectos laxantes. Los resultados se han publicado en Nature Medicine.

En el artículo los autores explican que no se conocen bien los efectos a largo plazo del consumo de edulcorantes artificiales y que su objetivo era analizar el efecto del consumo de eritritol como sustituto del azúcar en la dieta en el riesgo de desarrollar enfermedad aterotrombótica. Para ello, los investigadores estudiaron a más de 4.000 personas en los EE.UU. y Europa y encontraron que aquellos con niveles más altos de eritritol en la sangre tenían un riesgo elevado de experimentar un evento cardíaco adverso importante, como un ataque cardíaco, un derrame cerebral o la muerte. También examinaron los efectos de agregar eritritol a sangre completa o plaquetas aisladas, que son fragmentos de células que se agrupan para detener el sangrado y contribuir a la formación de coágulos de sangre. Los resultados revelaron que el eritritol facilitó la activación de las plaquetas y la formación de un coágulo. Los estudios preclínicos confirmaron que la ingestión de eritritol aumentó la formación de coágulos.

Según afirman, sus hallazgos muestran que el eritritol está asociado con el “riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE; incluye muerte o infarto de miocardio no fatal o accidente cerebrovascular) y fomenta una trombosis mejorada”. Por ello, consideran que está justificado realizar nuevos estudios que evalúen la seguridad a largo plazo del eritritol.

“Los autores sugieren que unos niveles más altos de eritritol podrían aumentar el riesgo de formación de coágulos sanguíneos y esto, a su vez, podría aumentar el riesgo de enfermedad”

El eritritol es aproximadamente un 70 % tan dulce como el azúcar y se produce mediante la fermentación del maíz. Después de la ingestión, el cuerpo metaboliza pobremente el eritritol. En cambio, pasa al torrente sanguíneo y sale del cuerpo principalmente a través de la orina. El cuerpo humano crea cantidades bajas de eritritol de forma natural, por lo que cualquier consumo adicional puede acumularse. 

“Los autores no solo han encontrado una asociación potencialmente importante entre los niveles del edulcorante artificial eritritol en la sangre y efectos sobre la salud, sino que también se han tomado la molestia de mostrar una vía viable por la que podría producirse el efecto que han encontrado. Aunque este estudio no puede demostrar por sí mismo si es así o no, los autores sugieren que unos niveles más altos de eritritol podrían aumentar el riesgo de formación de coágulos sanguíneos y esto, a su vez, podría aumentar el riesgo de enfermedad, ha explicado Oliver Jones, catedrático de Química de la Universidad RMIT (Australia), en declaraciones a SMC España.

Y añade que debido a que los participantes en el estudio “ya tenían muchos factores de riesgo cardiovascular, no se puede demostrar que no fuera uno de estos otros factores el que causara el aumento del riesgo de coagulación en lugar del eritritol. Aunque se observaron algunos efectos en una prueba con voluntarios sanos, este estudio solo contó con 8 personas y únicamente duró unos días. Esto no es suficiente para extraer conclusiones firmes, y los autores no intentan hacerlo”. Este experto señala que es necesario realizar nuevas investigaciones y recuerda que “este estudio solo analiza el eritritol y, en general, los edulcorantes artificiales se consideran seguros. Cualquier riesgo posible (y aún no demostrado) de un exceso de eritritol también tendría que sopesarse con los riesgos muy reales para la salud de un consumo excesivo de glucosa”.

Una dosis de eritritol muy superior a la de consumo habitual

Sin embargo, las pruebas se realizaron con dosis de eritritol que están muy por encima de las que se suelen incluir en la dieta. Así, también en declaraciones a SMC España, el catedrático de Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Universidad de Reading (Reino Unido), Gunter Kuhnle, pone ciertas objeciones a los resultados porque, explica, “los autores decidieron utilizar una cantidad de edulcorante que –al menos en el Reino Unido y Europa– no es realista. La concentración de edulcorante que utilizaron era 10 veces superior a la cantidad permitida y la dosis única que emplearon era superior a la que la mayoría de nosotros ingeriríamos durante todo un día”. 

“Los autores también encuentran otros efectos fisiológicos del eritritol, pero principalmente en concentraciones plasmáticas superiores a las encontradas en la cohorte del estudio y presumiblemente también en el público en general. Estos resultados sugieren un efecto potencialmente adverso del eritritol cuando se consume en cantidades superiores a las que se consumen generalmente en Gran Bretaña o en la UE, y esta es una de las razones por las que los reguladores establecen límites para el uso de aditivos alimentarios en edulcorantes: para proteger al público y garantizar que la ingesta se encuentra en un rango seguro”. 

“Los resultados del estudio son sorprendentes, ya que solo el grupo con mayor concentración de eritritol en plasma presenta un mayor riesgo de enfermedad, pero no los demás. Este grupo también tiene los participantes de más edad y cuando los autores ajustan por esto, la asociación observada con el riesgo se hace mucho más pequeña”.  

“La cuestión interesante aquí es el origen del eritritol plasmático, ya que esto podría explicar potencialmente algunos de los resultados: el eritritol no solo se utiliza en los alimentos, sino también en otros productos como la pasta de dientes y los medicamentos. Especialmente estos últimos podrían afectar a los resultados observados, ya que unas concentraciones plasmáticas más elevadas podrían indicar que los participantes reciben distintos tratamientos médicos”, advierte Kuhnle.  

En opinión de Rafael Urrialde de Andrés, profesor en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad San Pablo-CEU, y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición: “Este estudio, aunque la n= 8 del estudio piloto es muy pequeña, por lo menos en el título del trabajo específica claramente que no se pueden extrapolar sus conclusiones al resto de edulcorantes más allá del eritritol. También tiene que servir, aunque se parta de un estudio observacional, para poder profundizar más y sobre todo con ensayos clínicos con un tamaño suficientemente grande y con uso por debajo de la IDA (Ingesta Diaria Admisible). Esto implica hacer estudios a largo plazo”, según declara a SMC España.

“La revaluación de los aditivos y por tanto de los edulcorantes, de cada uno de ellos de forma individual o también con visión de aspectos sinérgicos, debe ser constante porque los datos o técnicas o protocolos pueden cambiar, pero tienen que ser las autoridades de seguridad alimentaria las que lo lleven a cabo. A través de sus evaluaciones y aprobaciones, las autoridades tendrán que realizar la aprobación y autorización de manera legislativa, si procede, y con los condicionantes de uso si existen”, concluye.

F24/

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