Cumbre Iberoamericana concluyó con acuerdos de mandatarios en la lucha contra el cambio climático e inseguridad alimentaria

SANTO DOMINGO.- Dos jornadas maratonianas de reuniones plenarias, bilaterales, oficiales y entre pasillos culminaron en Santo Domingo, la capital de República Dominicana, sede de la Cumbre Iberoamericana que se celebró este 24 y 25 de marzo. Acudieron al encuentro delegaciones de los 22 países de habla hispana y portuguesa de Europa y de América Latina, trece de las cuales estuvieron encabezadas por sus jefes de Gobierno o de Estado. Además, también tuvo la presencia del Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell. 

La cumbre puso de relieve el cemento que une esta comunidad transatlántica, a la vez que sacó a relucir algunas de las grietas que la aquejan. Sin embargo, el principal compromiso es mantener vivo el espacio iberoamericano y con este propósito ya se tiene la fecha de la próxima Cumbre, que se celebrará en noviembre de 2024 en Ecuador, el país que asume la presidencia pro-témpore de la Comunidad Iberoamericana. 

La importancia de las relaciones entre América Latina y la Unión Europea tomaron un papel importante en la reunión y lo dejó claro la doble representación por parte de la delegación de España, encabezada por el Rey Felipe VI y por el presidente Pedro Sánchez, y de Portugal, con el primer ministro António Costa y el presidente Marcelo Rebelo de Sousa. España asumirá la presidencia del Consejo de la UE en el segundo semestre de 2023 y se espera que eso ayude a relanzar la relación entre ambas regiones, algo oxidada en los últimos años. 

Del lado latinoamericano, cabe destacar la presencia del presidente argentino, Alberto Fernández; chileno, Gabriel Boric; colombiano, Gustavo Petro y hondureña, Xiomara Castro, la única mandataria centroamericana y también la única mujer en un panorama abrumadoramente masculino.

Faltaron a la cita Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva por problemas de agenda, ya que tenía prevista una visita a China que debió cancelar por problemas de salud, y Andrés Manuel López Obrador, que no suele viajar al extranjero, pero que ni siquiera mandó al canciller Marcelo Ebrard. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, mantuvo la incógnita de su asistencia hasta el punto de que su asistencia fue anunciada el viernes en el acto inaugural oficial de la Cumbre, pero finalmente no llegó a Santo Domingo. 

Los consensos de la Cumbre Iberoamericana 

Tres documentos lograron el acuerdo de todas las delegaciones presentes: la Carta de Derechos Digitales, la Estrategia de Seguridad Alimentaria y la Carta Medioambiental, también conocida como Pacto Verde. La primera busca cerrar la brecha en el acceso a la tecnología, entre otras, mientras que la segunda reafirma el compromiso de invertir más en agricultura y aprovechar las riquezas de la región para evitar el hambre que aqueja a millones de personas. 

La lucha contra el cambio climático se coronó como uno de los consensos más amplios, mencionado por todos los mandatarios y cancilleres en sus intervenciones del sábado. 

Por otra parte, surgió en repetidas ocasiones la importancia de que la comunidad internacional asista a Haití de alguna forma, un país que atraviesa una dura crisis económica y de seguridad desde hace años y que cobra especial protagonismo al compartir isla con República Dominicana. Presidentes como el mandatario costarricense, Rodrigo Chaves, y por supuesto el dominicano Luis Abinader, reclamaron la intervención internacional para «pacificar» Haití, aunque Abinader insistió en que República Dominicana no enviaría Ejército ni fuerzas militares a su país vecino. 

La migración también supuso un eje central del encuentro pese a no encontrarse en la agenda oficial. Sin embargo, tampoco existe ningún posicionamiento común más allá de que esta debe ser «ordenada» a la vez que «respetar los derechos humanos».

Los disensos del encuentro

Las decisiones en este tipo de encuentros deben ser tomadas por absoluto consenso: cualquier diferencia de opiniones, por mínima que sea, puede obstaculizar una declaración conjunta. En ese sentido, y tal y como avanzó el mismo viernes France 24 en Español, se perdió finalmente el documento que se quería firmar para reclamar una nueva arquitectura financiera que permitiera a los países latinoamericanos acceder más fácilmente a créditos internacionales, con miras a recuperarse económicamente. 

Las delegaciones no se pusieron de acuerdo a pesar de un intento de la delegación argentina de salvarlo in extremis durante el almuerzo de presidentes del sábado, pero finalmente los representantes decidieron abstenerse. Sin embargo, las conversaciones seguirán a través de los ministros y ministras de Economía de cada país. Abinader destacó en la rueda de prensa de conclusión de la cumbre que los disensos «eran más de forma que de fondo». 

Otro punto que quedó fuera de la declaración fue la condena a la guerra de Ucrania, que algunas delegaciones buscaban. Finalmente, el texto solo incluyó una referencia a la defensa de la soberanía y la integridad de los países basada en la Carta de Naciones Unidas. 

Los encontronazos entre las delegaciones

Este tipo de eventos propicia, sin lugar a dudas, las declaraciones cruzadas entre países que no están en buenos términos y la Cumbre Iberoamericana no fue una excepción. Uno de los encontronazos lo protagonizaron Boric y Denis Moncada, canciller de Nicaragua, que acudió en representación de Daniel Ortega. El presidente chileno cargó contra su contraparte: “Ortega no sabe que la patria se lleva en la sangre y no se quita por decreto”. Moncada, en su intervención, pidió «respeto para el Gobierno y el pueblo de Nicaragua». 

«Boric no debe utilizar a Nicaragua como plataforma para demostrar su traición al pueblo chileno y su entrega al imperio norteamericano», subrayó. 

Colombia y Perú también se enzarzaron en el encuentro. La canciller peruana Ana Cecilia Gervasi representó a la presidenta Dina Boluarte, en un escenario difícil, ya que algunos países han reafirmado su apoyo al expresidente Pedro Castillo, en prisión preventiva por delitos de rebelión y conspiración. Uno de esos países es Colombia: «[Castillo] debería estar aquí. El golpe se lo dieron a él», recordó el mandatario del país andino. 

Gervasi contraatacó en su intervención: «Si Castillo no está, es porque dio un golpe de Estado (…) De lo contrario, ustedes tendrían aquí a un dictador», concluyó.

F24/ EFE/

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