Francisco presidió homilía del Domingo de Ramos: «Jesús nos pide hoy que tengamos ojos y corazón para los abandonados»

CIUDAD DEL VATICANO.- Con voz tranquila y clara, el papa Francisco se dirigió a miles de feligreses en la apertura de la Semana Santa, días después de que suscitaran dudas sobre su participación por su estado de salud.

En un servicio al aire libre en la plaza de San Pedro y luego de descender de un vehículo blanco descapotable, el pontífice encabezó la homilía del Domingo de Ramos en la que centró su mensaje en la defensa de los «abandonados» del mundo.

«Jesús abandonado nos pide hoy que tengamos ojos y corazón para los abandonados. Para nosotros, discípulos del Abandonado, nadie puede ser marginado; nadie puede ser abandonado a su suerte», señaló Francisco ante alrededor de 30.000 asistentes bajo un tenue sol de primavera.

Asimismo y en medio de miles de personas ondeando palmas y ramas de olivo, el líder del Vaticano hizo un llamado a no ignorar a quienes experimentan un gran sufrimiento y soledad.

Jesús «quiere que cuidemos a los hermanos y hermanas que más se parecen a él en el acto extremo de dolor y soledad. Hoy queridos hermanos y hermanas, hay tantos Cristos abandonados. Hay pueblos enteros explotados y abandonados, los pobres viven en nuestras calles y miramos para otro lado, los migrantes ya no son rostros sino números, los presos son repudiados, son personas descartadas como problemas», subrayó.

El primer papa latinoamericano de la historia, que marcó el décimo aniversario de su pontificado el pasado marzo, ha abogado durante años por la difícil situación de los pobres y los migrantes.

El Domingo de Ramos marca el día en que la Biblia afirma que Jesús entró cabalgando a Jerusalén entre los vítores de la multitud, la semana antes de que los cristianos creyeran que había resucitado de entre los muertos después de su ejecución en la cruz.

Los últimos sucesos sobre la salud del Papa

Francisco retoma el liderazgo de las actividades del Vaticano, luego de que el sábado 1 de abril fuera dado de alta del hospital Gemelli de Roma, a donde fue trasladado el pasado miércoles 29 de marzo tras presentar dificultades respiratorias.

Posteriormente, su equipo médico informó que el líder religioso fue tratado por bronquitis y que respondió satisfactoriamente a una infusión de antibióticos.

Las preocupaciones por el estado del papa, de 86 años, han estado presentes debido a una serie de dolencias que ha experimentado en los últimos años, incluido dolor severo en una de sus rodillas, por lo que en las apariciones públicas usualmente utiliza un bastón y una silla de ruedas.

El pontífice también padece diverticulitis, una afección que puede infectar o inflamar el colon, motivo por el que en 2021 fue sometido a una cirugía para extirparle parte de ese órgano.

Sin embargo, el grupo de profesionales médicos que lo atendió esta semana indicó que puede retomar sus funciones.

En un intento por disipar las inquietudes sobre su salud, el Vaticano informó que el papa participará en una serie completa de eventos de Pascua esta semana, el periodo más ocupado en el calendario de la iglesia católica, que se extiende hasta el próximo domingo 9 de abril.

Reuters/ EFE/

Entradas relacionadas