QUO VADIS/ NUNCA MÁS …

La inminencia de las soledades que aquejan hoy día a un gran número de nuestros adultos mayores que han visto en el devenir del agotado siglo XX donde plasmaron su historia, y lo que va del XXI, en el que ven los diversos escenarios generados por esta crisis aguda que corroe en primer lugar la estructura familiar, hace gala de ese sentimiento de tristeza que se siente al observarse cómo se desintegran las familias cuando en su entorno deben separarse. Desde ahí, esa expresión de Allan Poe en su obra “El Cuervo”, cuando éste responde con voz propia al protagonista su repetido estribillo “Nunca más” ante aquellas dudas con las que lo increpa en su quimera solitaria por la pérdida de su amada.
Traída hasta aquí esa ave agorera que “nunca mas” se fue y quedó allí posada sobre la sabiduría, nos permite esta reflexión de esta semana en cuanto a esa profunda sensación de abandono de esos queridos viejos que no solo no encontraron en la apertura de la caja de Pandora, a la requerida “esperanza”, sino que el látigo de las demás fuerzas malignas allí guardadas los atacan inclementemente, sin estupor ni defensa. Así vemos, como hijos y nietos deben marcharse buscando nuevos rumbos que brinden seguridad a sus nuevas familias, ante un panorama gris y de desventura que existe en el país.
Esta vez no quiero polemizar por la manera tan desinteresada y apática con la que el Gobierno Nacional ha ido sumando su intención de que esto suceda. A la sazón, la reciente intervención del primero de mayo del ciudadano Presidente de la República, obra por evidente, que nada se quiere con el bienestar de estos hombres y mujeres ya en edades avanzadas y llenos de desgaste fisico. Parece que la respuesta es la del Cuervo de Poe, cuando piden mejores condiciones de buen vivir y solo escuchan “nunca más”, cuando cada uno pasa necesidades extremas de abandono y sin solidaridad del humanismo que otrora se manifestaba a su favor, solo escuchan el “nunca más”, podrán vivir tiempos mejores. De hecho, muchos mueren de mengua y de sus tristezas mirando fijamente en su silla frente al Cuervo, piden que se vaya y solo miran como doblega sus requerimientos y posado sobre la inteligencia y los mejores tiempos, parecen resignados a la mengua que determina todo un sistema que atemoriza esa figura maligna de un animal agorero que solo asecha en su oscuridad y refleja lo gris que avisora está realidad de necesidades y miseria.
Ese “nunca más”, es el que millones de venezolanos miran cuando ven que no se producen cambios hacia aquella Venezuela de paz y prosperidad en la que esos adultos mayores vieron crecer a sus familias y de las que allí nos forjamos, vimos cómo si podíamos encontrar la esperanza de Pandora y hasta visualizar un futuro que muchos logramos a través del estudio y preparación para ser profesionales dignos de esta Patria, y que hoy día también navegamos en este mar de infelicidad y decepción. Ese “nunca más” debemos revertirlo como una condición necesaria e inmediata, no podemos permitir que un ave agorera perturbe el presente y el futuro de nuestros hijos y de esos adultos mayores que se ven rebasados por una administración ineficiente y desaforada, sin percepción de las realidades sociales y que esconde las verdades para sobrevivir a sus intereses personales. El País es de todos y no de una élite, podemos utilizar todas la herramientas jurídicas que si existen y de instituciones como el voto y hacerlo valer democráticamente, auqnue no lo creamos, el Cuervo también siente sus miedos, solo falta demostrarle cuán unidos en voluntad y fuerza podemos reunir para que salga por la ventana donde entró y se aleje hacia su NUNCA MÁS de su destino. Botémoslos con el Voto.

Rafael García González

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