Acuerdan nueva tregua tras múltiples intentos violados por bandos en pugna en Sudán

JARTUM.- El acuerdo entre el Gobierno sudanés y las fuerzas paramilitares en conflicto, auspiciado por Estados Unidos y Arabia Saudita, entrará en vigor en la noche del lunes 22 de mayo. Un intento por desescalar los combates que ya han entrado en su sexta semana y que dejan más de 1,1 millones de desplazados internos y refugiados. 

Una nueva firma de alto el fuego en Sudán, un nuevo intento de desenquistar el conflicto vigente. El acuerdo entrará en vigor en la noche del lunes 22 de mayo y durará una semana, pero las múltiples violaciones de treguas anteriores por parte de ambas facciones hacen planear la dudar sobre su veracidad.

“Hablé esta mañana con el general sudanés Abdel Fattah al-Burhan sobre las conversaciones en curso para alcanzar un alto el fuego efectivo a corto plazo”, expresó en Twitter el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.

La tregua, entre el Ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), busca facilitar la asistencia humanitaria y restaurar, dijo el secretario estadounidense, los servicios esenciales que el pueblo sudanés “necesita desesperadamente”. Blinken, a través de su portavoz, también pidió al general al-Burhan “flexibilidad” y “liderazgo” para alcanzar dicha paz.

Esto llega cuando los combates ya han entrado en su sexta semana, y las conversaciones para una acuerdo longevo de paz –auspiciadas por Estados Unidos y Arabia Saudita– no llegan a ningún punto por las constantes acusaciones de violaciones por ambos bandos. Está vez, el acuerdo cuenta con el respaldo de un mecanismo de monitoreo del alto el fuego con la mediación de ambas potencias extranjeras, según el comunicado.

Por su parte, las Fuerzas para la Libertad y el Cambio (FFC), la coalición de partidos políticos que apoyan el Gobierno democrático, celebraron este sábado el acuerdo de alto el fuego entre las partes en conflicto. «Pedimos un compromiso total con la ‘Declaración de Principios’ de Jeddah y con el acuerdo de alto el fuego a corto plazo, así como con los arreglos humanitarios», reza el comunicado emitido por la FFC, por sus siglas en inglés.

En los últimos días, los enfrentamientos terrestres llegaron nuevamente a la región de Darfur, pero también se han agravado en las zonas urbanas de la capital, Jartum, con la artillería y los bombardeos aéreos golpeando las zonas de las afueras de la ciudad. La metralla ha alcanzado incluso las embajadas extranjeras y sedes gubernamentales, como la embajada de Qatar.

«El Estado de Qatar condenó en los términos más enérgicos a las Fuerzas Armadas irregulares que asaltaron y destrozaron el edificio de su embajada en Jartum», denunciaron, a los paramilitares, en un comunicado, indicando que el personal diplomático había sido evacuado.

Hospitales bajo ataque y con escasez de insumos

Pero los combates golpean también hospitales, centros religiosos, colegios y las viviendas de cientos de sudaneses, provocando una crisis humanitaria que ha desplazado a 1,1 millones de sudaneses. La mayoría han huído a otras regiones de Sudán, pero más de 250.000 han escapado a países vecinos. “Los hospitales y centros de salud han tenido serias dificultades para seguir funcionando. Algunos han sufrido graves daños. Otros se enfrentan a una acuciante falta de personal; muchas personas han huído y las que se han quedado tienen grandes dificultades para desplazarse de forma segura por la ciudad”, dicen desde la sede sudanesa de Médicos Sin Fronteras.

Según Naciones Unidas, más de 700 personas han muerto en el país africano y habría más de 5.000 heridos. “Pensé que estaba acabada”, fue lo único que pudo pensar Pauline Hungwe, escondida en el baño de su casa mientras el fuego cruzado golpeaba los muros de las paredes de los edificios vecinos en el sur de Omdurman. Ante esta crisis humanitaria, el nuevo acuerdo también exige la retirada de las fuerzas de los hospitales y las instalaciones públicas esenciales.

«Ya es hora de silenciar las armas y permitir el acceso humanitario sin obstáculos. Imploro a ambas partes que respeten este acuerdo: los ojos del mundo están mirando», también reiteró Blinken, cuyo país también dijo que destinará más de 100 millones de dólares para ayuda humanitaria a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.

Violencia sexual contra las mujeres y niñas de Sudán

Y es que las organizaciones de derechos humanos locales denuncian escasez de alimentos, dinero en efectivo y artículos esenciales, incluso insumos hospitalarios, debido, en parte, por los saqueos de ambos lados. «Hemos atendido a múltiples pacientes con heridas de bala y de arma blanca que estaban muy graves y que no habrían sobrevivido sin una intervención quirúrgica», explicó el cirujano de MSF, Shahzid Majeed.

Esa es la zozobra en la que viven los ciudadanos atrapados en el país desde el pasado 15 de abril. “Fue aterrador, todos estaban acostados debajo de sus camas. Lo que está pasando es una pesadilla”, dijo Sanaa Hassan, otra residente de uno de los barrios donde los paramilitares están incrementando los asaltos, dejando al menos 30 muertos en los últimos días, según los medios locales.  

Sumado a las tragedias de la guerra, tanto en Jartum como en Darfur Occidental hay numerosas denuncias de violaciones y abusos sexuales de mujeres. “Hay informes confirmados de que unas 24 mujeres y niñas fueron secuestradas y violadas en el campo de desplazados internos de Otash en el sur de Darfur el mes pasado”,  denunció al medio Al Jazeera Neimat Abubaker Abas, asesora principal de programas de la Iniciativa Estratégica para Mujeres en el Cuerno de África.

Una situación que está saliendo a la luz a través de las redes sociales, con muchas mujeres denunciando violencias sexuales –un crimen que había sido previamente señalado por los organismos de derechos humanos durante los combates en Darfur en 2003– a través del Internet, ante la falta de organismos que verifiquen estas denuncias.

Naciones Unidas expresó en un comunicado que hay escasez “crítica” de suministros para la gestión clínica de kits de violación, así como una falta de personal sanitario y psicológico, dado que muchos médicos han huído de las principales ciudades por los combates, lo que empeora la atención de los miles de heridos dentro del país.

Reuters/ AP/

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