Miguel Enrique Villavicencio.- El doctor Rafael Narváez, exparlamentario y abogado defensor en materia de Derechos Humanos y Civiles en el país, repudió la decisión de la ministra de Educación de iniciar el año escolar con atropellos y persecuciones hacia los docentes, y de paso con la presencia de militares y policías dentro de los planteles.
Al respecto, comentó que a la ministra de Educación por ningún lado le afecta la feroz crisis económica que de manera diaria sufren los maestros venezolanos debido a los paupérrimos salarios de hambre que devengan.
-La ministra goza de sus tres comidas y de un buen transporte para moverse de un lugar a otro sin tener que pagar un sólo centavo, dijo.
«Es muy irresponsable que la ministra Santaella desconozca el gran esfuerzo que hacen los maestros venezolanos para asistir a las aulas de clases por culpa de los sueldos miserables que no alcanzan para pagar el transporte, y mucho menos para poder adquirir artículos de la cesta básica que hoy oscila en unos 523 dólares. Es inhumano que los contratos colectivos continúen congelados, que el Ipasme que no funcione debidamente para la asistencia en la salud, que las condiciones y medio ambiente de trabajo sean pésimas, entre otras adversidades que les toca padecer a los maestros», agregó.
Prosiguió comentando que la actitud asumida por la ministra Yelitze Santaella es verdaderamente un acto de desprecio que vulnera los derechos humanos no sólo de los docentes, sino también del personal obrero, administrativo y alumnado en general.
Narváez rechazó la presencia de soldados en los centros educativos, pues considera que esto constituye una amenaza que pudiera causar nervios y temor en los alumnos.
También rechazó la instalación de un código QR como medida de control de asistencia para los maestros, y de paso con la advertencia que si no cumplen serán sustituidos por un personal que en la mayoría de casos no está calificado para impartir enseñanzas.
-Todas estas acciones están al margen de la ley porque violan las garantías constitucionales – enfatizó.
El activista de los DDHH le exigió a la ministra despojarse de la prepotencia y arroparse con la humildad para que pueda reconocer el esfuerzo y vocación de servicio de los maestros para asistir todos los días a las aulas de clase en medio de múltiples dificultades y devengando un miserable salario que no les alcanza para vivir dignamente.