El pasado 27 de noviembre en el zoológico de Las Delucias en Maracay, ocurrió un acontecimiento de interés mundial, debido a la naturaleza de haber nacido tres hermosos leones blancos, cuya descendencia se encuentra en extinción y de los cuales apenas se conservan hoy en día un poco más de un centenar de esta especie. Este hecho, a la luz de la cultura africana, con mayor precisión la zona de Tinvati en Sudáfrica, nos trae una interesante forma de ver tal acontecimiento.
Cuenta su leyenda, que existía una señora anciana que era la partera del pueblo, quien en una oportunidad de haber nacido un hermoso ñiño, vio el destello de una luz inmensa y que posteriormente vio nacer a unos leones blancos, los cuales se llevaron sus años y ella al verse nuevamente había sido transformada en una joven y hermosa mujer.
La creencia de estas culturas le dan a los leones blancos un carácter de divinidad y fortaleza. Son portadores de buenos augurios, y al igual que el vuelo de palomas blancas en el firmamento, generan la sensación de un nuevo camino lleno de fe y esperanzas.
Sin duda alguna, nuestra Venezuela es mágica, y Dios decidió que fuera el paraíso del mundo con todas sus bellezas naturales, lamentablemente mal explotadas y poco cuidadas por nosotros; amén de la falta de políticas idóneas para preservar zonas de interés bionatural solapados por intereses mezquinos del poder económico.
Este hecho de que sea en nuestro país donde hayan nacido tres ejemplares de estos genuinos animales, no es por azar. Dios ha querido nuevamente darnos una esperanza de las buenas cosas que pueden suceder. No hablo aquí de milagros ni de apegos a corrientes religiosas, me refiero a este hecho que es trascendental dentro de lo que creamos y podamos ver.
No hay dudas de que nuestro país y la población necesita tener su fe y su esperanza de que se produzcan cambios en sus vidas, para el bienestar común y el de las familias. Ya como que hemos sufrido mucho y es tiempo de que esa inmensa luz de la que habla la leyenda, se lleve los años que nos han envejecido y nos devuelvan la lozanía de los buenos tiempos. Es imperioso para la vida, que recobremos nuestra esencia de buenos ciudadanos, que nuestra juventud sepa de respeto y de moral y buenas costumbres; que entiendan que la idea de ser enchufado y obtener riqueza fácil no es el camino a la felicidad. Debemos recobrar la razón de nuestro gentilicio, con gente honesta y politicos no tan malos pero que sean y sepan ser políticos; no estos aprendices de maquiavelo que solo les interesa su propia satisfacción personal.
Nuestro país necesita de leones blancos que abran caminos de trabajo y fortaleza de la educación de calidad. De gente que se contagie en diciembre con la alegria de la navidad y la buenaventura de un mejor Año Nuevo. En estos tiempos difíciles, miremos hacia el nacimiento de estos leones blancos y con ellos estemos seguros que son un valioso mensaje para lo que viene. De nosotros depende magnificar este acontecimiento. Venezuela, la tierra prometida con Esequibo y todo. Feliz Navidad en este inicio de Diciembre.
Rafael García González
