Pueden decir lo que les dé su real gana, pueden rezar el Padre Nuestro al revés, pero a nadie le meten miedo ya, como dice un conocido director teatral “Venezuela no les para bolas”. Pueden anunciar que votaron diez millones de conciudadanos, pero la expresión de la realidad estaba en quince mil centros de votación, donde lo único que dieron fue lástima. Hay que ser bien irresponsable como lo es, esta cúpula rojita, cuando gastó gandolas de dinero, mientras la grave crisis económica se siente en cada hogar de la Patria.
Apelé a ese peculiar adjetivo que lo sacó del olvido el presidente venezolano, don Rómulo Betancourt para referirse a nuestra hallaca, ese alimento de tanto contraste y de tantos sabores, símbolo de la navidad criolla. Porque esta semana pasó de todo. Voy a comenzar con La Capilla.
LA CAPILLA Y LA GNB
Me sentí impresionado gratamente cuando aquel campesino levantó su voz en nombre de sus compatriotas ante el capitán de la Guardia Nacional y a esa vergüenza revolucionaria que se llama Francar Martínez, exjefe de Súmate en Acarigua y quien acabó con los beneficios sociales de los profesores universitarios cuando estuvo en la OPSU. La noticia la publicó el portal que conduce Elías Díaz, con video y todo. Y para eso sirven las campañas electorales, porque le permiten un respirito a la gente para confrontar con sus autoridades. El ciudadano con voz clara y sin temor acusó al oficial de la GNB de pedirle cuatro kilos de carne y de la buena y además cobrarle 40 dólares por matar una res. El diputado de la AN se portó como un patán, dijeron, pero el hombre habló sin que la voz se le enredara para denunciar los atropellos. El honor es su divisa se volvió añicos en esa parroquia guanariteña. Lo que hacen en Garcita, lo que le permitían a cierta guerrilla colombiana y los maltratos al sector productivo más pobre fueron denunciados con coraje. Hay que seguirle la pista a ese ciudadano, porque en este país, puede pasarle cualquier cosa, dada la discrecionalidad de la que gozan impunemente algunos funcionarios.
EL FASTUOSO CIERRE DE CAMPAÑA
Durante tres días cerraron la carrera quinta desde la Plaza Bolívar de Guanare. El martes comenzaron a instalar una monstruosa tarima y un sonido descomunal, que cubría unas cinco cuadras. Trajeron gente de todos lados. El mitómano dijo que había 42.617 personas trasladadas lista en mano, que por cierto se les volvió sal y agua, tres días después. En el Terminal de Ospino, contrataron todas las busetas a 120 dólares cada una. En Acarigua pagaron 160 y las que venían de Barinas, 180 de los verdes. No vino el capitán del odio, sino que la paisana acarigüeña Blanca Eekhout cerró el evento. No sé cuánto costará esa tarima y ese sonido, pero me pregunto cuántas inyectadoras se pueden comprar con ese gasto innecesario y prepárense, porque para el Mascarada 2024 pretenden traer a Karol G, mientras que a los diseñadores y barriadas pretenden darle 400 dólares para que hagan una carroza. El acto estuvo bueno, que la gente desapareció como arte de magia el domingo siguiente es otra cosa. Si usted calcula tres personas por metro cuadrado, en una cuadra de cien por diez, caben unas 3 mil personas, se necesitan catorce y cuadras y media para meter ese gentío. Bueno así son los resultados del referendo del domingo: abultadísimos. Esos cuentos eran creíbles cuando el comandante estaba vivo. Como dijo Páez cuando se le murió Barbarita Nieves: se apagó esa estrella.
BUENA SEÑAL COPEYANA
Los tres sectores de Copei que lucían caminos distintos hace un año se reunieron por primera vez en Acarigua en la casa de su expresidenta regional, Vilma Jiménez. Los liderados por Juan Ernesto González, el grupo Cien por Ciento Copeyanos que dirigía el finado Héctor Daniel Lameda y el de Carlos Luis Pérez, quien fue sacado de la Dirección Regional del COPEI judicializado se encontraron como una señal de aún hay sensatez en cierta parte de la dirigencia política portugueseña. Les auguro mucho éxito en los tiempos difíciles por venir, porque sólo la unificación verdadera y práctica, sin tanta teoría y sin tanta falsa escenografía, podrá conducirnos a un vuelco profundo en Portuguesa, porque si nuestro estado cambia, el país va a cambiar en positivo.
Bueno, cerremos con lo que empezamos. Tivo estuvo sedado gran parte del domingo, mientras la emperatriz a todo gañote insultaba y maldecía por teléfono, exigiendo movilización, porque digan lo que digan y lo que dirán de aquí en adelante, todo se derrumbó. Ya veremos a Cirilo Salas, jefe del comando de campaña regional, en el banquillo de los acusados. Alguien tiene que pagar el pato. Y la soga reventará por lo más delgado. Y otra vez, Rafael Torrealba con números que lo ponen de cuarto, para que Tivo lo siga mirando con desprecio, para quitárselo del medio. Cuidado sin salen de Tivo, primero.
Cómanse tranquilos, un dulcito de lechosa.
IVÁN COLMENARES
