Rumbo al desbloqueo de Gaza: Flotilla de la Libertad espera zarpar de Turquía en los próximos días

Estambul.- El puerto de Tuzla, en la ciudad de Estambul, alberga dos buques donde se deposita toda la esperanza. Más de 500 personas de 40 nacionalidades distintas van llegando escalonadamente con el objetivo de subirse a un convoy marítimo que desafiará el bloqueo naval en la Franja de Gaza. Observadores de derechos humanos, activistas, personal sanitario, periodistas o políticos: El número de personas de la sociedad civil que se adentrará hacia un destino nada cierto abarca todas las áreas. Y el pulso con Israel está servido.

Su partida tendrá lugar en un momento en el que la cifra de muertos en Gaza por la ofensiva israelí roza los 34.000, tras más de seis meses de guerra y una serie de ataques al norte y sur del enclave.

La flotilla está compuesta por tres buques: el Akdeniz, el Conscience, ambos en Estambul, y el carguero Anadolu, que llegará provisto de ayuda humanitaria desde el puerto de Iskenderun, en el sur de Turquía. 

El presidente de la ONG turca Humanitarian Relief Foundation IHH, Bulent Yildirim, confirmó que uno de los buques, el Anadolu, tenía una capacidad de 5.500 toneladas.

Activistas de doce países, en representación de los cientos de voluntarios de cuarenta naciones que estarán presentes a bordo, insistieron, en una reunión con la prensa, en la necesidad de un alto el fuego inmediato en Gaza y la llegada de ayuda humanitaria.

«Estamos aún evaluando las dinámicas políticas, incluido el permiso de Ankara, para zarpar según el plan», dijo la estadounidense Ann Wright, portavoz de la coalición compuesta por una docena de asociaciones y plataformas.

El plan prevé que el Akdeniz, con capacidad para un millar de pasajeros y que se está poniendo a punto en los astilleros de la ciudad más grande de Turquía, zarpe el domingo 21 de abril. Pero, el Gobierno turco mide sus palabras y los voluntarios confiesan que Turquía recibe presiones desde todos los niveles para impedir su salida.

Los voluntarios tienen esperanza de que todo salga según lo planeado y los buques puedan salir de puerto, pues «no permitirlo sería colaborar con el asedio ilegal de Israel a Gaza». «No creemos que es lo que quiera hacer el Gobierno turco», dijo en una rueda de prensa a bordo del Akdeniz la activista estadounidense Huwaida Arraf.

«Son barcos con civiles, sin armas. No somos parte de los enfrentamientos. El Tribunal Internacional de Justicia ha dicho que es la responsabilidad de la ciudadanía y los Gobiernos impedir un genocidio y eso es lo que haremos», dijo Ann Wright.

Todos insisten en que Turquía es el punto de partida perfecto para tal misión.

Turquía, el azote de Israel

Turquía siempre ha sido crítica con Israel y ha salido en defensa del pueblo palestino en innumerables ocasiones. Pero los encontronazos diplomáticos, incluso con expulsiones de embajadores mutuas, nunca habían ensombrecido su fructífera relación comercial. En esta ocasión, ha sido distinto.

El Ministerio de Comercio turco declaró que dejará de enviar a Israel artículos como productos siderúrgicos, combustible para aviones, equipos de construcción, maquinaria, cemento, granitos, productos químicos, pesticidas y ladrillos.

Según justificó el ministerio en un comunicado, «Israel sigue violando flagrantemente el derecho internacional e ignora a la comunidad internacional». Por lo tanto, «esta decisión se mantendrá hasta que Israel declare un alto el fuego inmediato y permita un flujo adecuado e ininterrumpido de ayuda humanitaria a Gaza».

Y en Israel ya se resienten. Un reciente artículo en la prensa local afirma que “la prohibición turca de algunas exportaciones a Israel está a punto de golpear duramente a la industria de la construcción israelí, en un momento en que el sector ya se ha visto gravemente dañado por la guerra”.

Por lo tanto, de las palabras de condena hacia Israel o las masivas manifestaciones en apoyo al pueblo palestino, el Gobierno ha pasado a la acción rascándose el bolsillo: el año anterior, las exportaciones turcas a Israel ascendieron a 5.400 millones de dólares, según datos del Ministerio de Comercio turco.

Mavi Mármara, el antecedente más triste de la flotilla

El 22 de mayo de 2010, el Mavi Mármara, un buque cargado con más de 600 voluntarios –400 de ellos, turcos–, zarpó desde las costas anatolias y se adentró al mar con el mismo objetivo, desbloquear la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.

Acompañado por otros buques, fue abordado el 30 de mayo por comandos israelíes, cuando se encontraba en aguas internacionales: Diez voluntarios perdieron la vida en el asalto y otros 60 quedaron heridos.

El antecedente estremece a los voluntarios que formarán parte de esta misión.

«Entendemos que Israel podría atacarnos. Con todos los ojos puestos en nuestros barcos, esperamos que Israel decida no hacerlo. Pero si lo hacen, de nuevo, la gente a bordo será entrenada en resistencia no violenta”, explica Huwaida Arraf.

sí lo confirma Santiago González, voluntario contactado por France24. Aunque sus únicas armas a bordo serán un papel y un lápiz, confiesa que tendrán su entrenamiento el sábado: “Se trata de entrenamientos no violentos para evitar gestos corporales considerados violentos, en el caso de que haya un asalto. Esta misión es obligatoria para todos los participantes”, explica. Por lo tanto, el abordaje está contemplado como una posibilidad.

La iniciativa llega, además, después del asesinato de siete miembros de la ONG World Central Kitchen que trabajaban en la distribución de ayuda humanitaria en Gaza, con autorización del Ejército israelí.

La voz de millones de personas

La flotilla está integrada alrededor de 500 personas y no harán otra cosa que ejercer de altavoz para sus propios compatriotas y gobiernos.

De hecho, para Santiago González, la razón de subirse a la flotilla radica ahí: “En mi caso particular haré artículos de prensa. Otros harán comunicaciones vía redes sociales hacia las diferentes sociedades civiles. Todo para presionar a los gGobiernos para que sean coherentes y que lleven a cabo acciones. Para que todo esto no se quede en simples lágrimas”.

El voluntario prosigue poniendo de manifiesto que las palabras de los gobernantes en contra de la guerra no se han convertido en acciones palpables, por ejemplo, a la hora de ejercer sanciones o un embargo de armas. “Sin petición de ruptura comercial o que se sancione a colonias y empresas, no haremos nada, la masacre continuará. Queremos acciones concretas”, sentenció.

«No nos podemos poner de perfil ante esta barbarie», dijo, por su parte, la exalcaldesa de Barcelona, quien también se embarcará en la Flotilla de Libertad.

La sociedad, por lo tanto, ya se manifiesta mandando una flotilla que debería salir en los próximos días y que pretende poner contra las cuerdas a Israel.

EFE/ Reuters/

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