Especial/
Benjamín Parada H.-
El sempiterno periodista deportivo, uno de los mejores que ha ejercido en Portuguesa, Pastor Asuaje Pinto, nacido el 5 de Junio de 1.925, en Chivacoa, estado Yaracuy, estaría arribando hoy a un centenario de vida, rodeado de éxitos, pero insatisfecho por la realidad que afronta la profesión que desempeñó la mitad de su existencia, cuya independencia defendía a capa y espada.
El periodismo y el deporte acapararon la pasión de este yaracuyano de nacimiento, pero larense y portugueseño por adopción. A los 12 años de edad se trasladó a Barquisimeto, donde incursionó en los estudios sanitarios, el otro oficio que supo ejercer con marcado énfasis. Años más tarde, en 1.945, se radicó en Caracas, donde comenzó a trabajar como sanitarista, labor que combinaba con el periodismo, enviando reseñas deportivas al diario El Impulso, decano de la prensa larense.
Defendía con ahínco el periodismo independiente, ese que caracterizó la vida democrática de Venezuela que, como él mismo decía, “tiene altos y bajos”, pero es preferible eso a ejercer la profesión con cortapisas y censuras. Por eso hacía su labor a Campo Abierto.
En 1952 regresó a la capital larense, donde continuó desarrollando su doble labor, la sanitaria y el periodismo, hasta que en 1.952 se muda para la ciudad de Acarigua y 18 años después se radica en Araure, donde fundó el Semanario Campo Abierto, especializado en temas deportivos.
El legado de Pastor Asuaje Pinto en este ámbito ha sido de tal cuantía al punto de que la hemeroteca del Semanario Campo Abierto continúa enriqueciendo, como nutriente principal, la historia del deporte portugueseño.
Además de buen profesional, gran gremialista y deportista sobresaliente, Asuaje Pinto, quien llegó a desempeñar en una oportunidad la jefatura de redacción del primer diario de Portuguesa, Ultima Hora, fue también ejemplar padre de familia, ciudadano de conducta intachable y fiel amigo.